DETALLES

1609 Words
Detalles tengo para dar y repartir, pero a veces me toca reescribir los párrafos de gente que no sabe que el mundo del arte está infravalorado. De verdad me duele cuando alguien dice que va a autopublicarse en sss o en una de esas editoriales grandes que si no les pones más de catorce billetes de cien en la nariz jamás verían sus libros. Lo que más me duele es que hay tanta gente apasionada, tanta gente enamorada del arte vendiéndolo a precio cómodo, regalándolo, pero al final, se vende lo mismo de siempre disfrazado de basura, porque ni lo disfrazan bien. Ya respiro, y tengo paz. La cosa es que antes de este viaje, me inscribí en uno de esos programas de dieta y ejercicio, entregué uno de esos trabajos que ya les dije que no me gustan pero pagan la renta, y me contacté con un amigo, el cual es editor y le pedí que me dé algo a cambio de esta historia. Hice mi maleta y me prometí a mí misma divertirme, ser feliz, amarme como soy y aventurarme ligeramente. De camino al aeropuerto, llamé a mi madre para comentarle que estaría fuera del país. Ella se rió y me recordó que ya estoy en edad de ir y volver, hace como quince años, pero si me hace feliz, que me vaya. Educación básica, yo creo que nadie en la vida debería ir preocupado porque tiene un familiar mal educado que no se toma el tiempo de decir "me voy por dos días" o "seis años", o algo, que nada cuesta. Si la gente piensa que no estaría en medio de la entrada de un aeropuerto con los calzones bajados por toda la entrada, algunos me ignoran, otros me esquivan y otros graban. De verdad que si salgo en alguna red social con el trasero al aire intentando recoger este desorden, me medio mato, pero le veo, él, por primera vez, con el cabello en un moño, la sonrisa radiante y la amabilidad deslumbrándome. William recoge todo lo que no le parece íntimo, como mis gafas de dormir, mis vestidos, mi pijama soso, mi pijama normal, y en el ínterin, maldigo diez veces al tipo que me empujó y a mí misma por ser tan torpe y no usar una maleta nueva, es que ya dio, pero la opción era comprar una maleta nueva o venir sin una moneda al viaje, y eso último; no me lo puedo permitir. Pido un poco de paciencia a la gente mientras recojo lo demás, y él extiende su mano hacia mí, me ayuda a ponerme en pie y pregunta si estoy bien. —Gracias, tú no eres quien me ha empujado. —El mundo necesita un grado o dos más de amabilidad —responde, y después de ingresar al aeropuerto, se despide de mí y continúa por su camino. Yo voy hacia las salas VIP y reviso mi celular; mi padre me ha hecho una de sus famosas transferencias. Le doy las gracias y me advierte que Las Vegas es un lugar peligroso para cualquiera que no tolere el alcohol. Intento no reírme, y Simonetta me da un beso y un abrazo, luego Conny y, finalmente, Manuel se acerca a saludar. —Pensamos que no llegabas. —Consuelo, eres una de mis mejores amigas, jamás voy a faltar a un momento especial como este —le aseguro, y ella me da un abrazo largo y cálido. Abro mi bolsa de mano y le entrego su regalo de bodas adelantado. Consuelo me mira sorprendida, y todos voltean cuando la puerta de la sala VIP se abre. Manuel corre hacia William y le saluda, se dan un beso en las mejillas, Consuelo nos presenta oficialmente al mejor amigo de su futuro esposo, Simonetta sonríe y estrecha su mano, yo le miro anonadada, él me pregunta cómo estoy. —Bien, gracias, gracias de nuevo —respondo. —¿Qué te pasó? —Un tipo me atropelló con su cuerpo, la pobre se cayó. —Se me salió toda la maleta, es que no me ha quedado una prenda de privacidad —respondo dramática, y mis amigas ríen, me dan un beso y me arrullan, yo me río con ellas, y Simonetta pone atención a lo que está en la mano de William. —Eso... es café. —Sí —responde. —¿Quieres? —Claro, iba a aguantar... pero... si tienes café. —Traje para todos, aquí hay uno n***o, latte, frappuccino y un cappuccino. —Simonetta tomó el café n***o y le dio las gracias, luego me pasó un cappuccino y le dio un latte a Manuel, William le pasó el otro cappuccino a la novia de su mejor amigo, esta se acerca a su lado y le susurra que Simonetta está oficialmente soltera. Los dos comparten una mirada y se ríen. —¿Por qué no abordamos? —Ramón dice que está un poco atrasado, le estamos dando quince minutos y nos marchamos. Ramón llega veinte minutos más tarde cuando todos estamos en el jet esperándolo. Este nos saluda con besos y disculpas mientras intenta explicar rápidamente que ser adulto con trabajo, deudas y responsabilidades es un fastidio. William y Manuel le hacen una señal para que tome asiento junto a ellos, y mi amiga finalmente abre mi regalo. Un velo de novia vintage y un detalle pequeño para el ramillete con la foto de su abuela jugando con nosotras tres. Mi amiga grita justo cuando despegamos, de la emoción por el regalo, y yo le doy un abrazo y un beso. —Gracias. —Con mucho gusto. —Saben, he estado organizando este viaje —dice mientras saca su computadora, y Simonetta se ríe. —Voy a ser mamá —anuncia Simonetta solo para que escuchemos todas. Consuelo y yo le observamos, nos quedamos en silencio, y ella repite su anuncio. —Voy a embarazarme. —¿Tendrás sexo con un extraño y tendrás un bebé o qué? ¿Cómo funciona...? —Bueno, tomaré mucho y follaré más que Ramón porque... cuando regrese, voy a comenzar un tratamiento para ser mamá. Creo que voy a tener un hijo mestizo, mezclas más c***o o más n***o. Por cierto, qué sexy el amigo de Manuel. —Es muy guapo, está soltero y es muy inteligente —cotorrea Consuelo orgullosa. —Me están evitando —nos acusa Simonetta. Sí, yo sí la estoy evitando. Consuelo mira a su prima y busca señales de arrepentimiento, diversión o terror, en su lugar encuentra paz y tranquilidad, como si eso fuera lo que lleva años esperando y finalmente lo ha encontrado. Yo veo la sonrisa en su rostro, y ella agrega que sabe lo difícil que puede ser la maternidad. Sus primeros años de universidad tuvo un perro, y no es exactamente lo mismo, pero requieren tiempo y rutina. Lo mismo con los hijos, solo que ahora sentía que lo tenía todo, dinero, tiempo, estabilidad emocional, y le reconfortaba la idea de ser mamá de alguien sin el problema de que su padre algún día pudiera llevárselo. —Okay, es tu fin de semana, no tienen que decir nada, hablamos cuando vuelvas. —Cuentas conmigo, como siempre —anuncia Consuelo. —Seremos mamás —digo y levanto el capuchino para que brindemos. Simonetta nos abraza a ambas y casi muere con el cinturón, luego logra desatarlo y nos llena de besos. Las dos reímos, y Ramón se une al abrazo sin tener idea de por qué. Simonetta se pone en pie y va hacia las azafatas, conversa con ellas y regresa unos minutos después con una botella de tequila y varios shots, los cuales reparte. Escuchamos en los altavoces a la azafata (por favor, léase en azafata): —Estimados pasajeros, la tripulación quiere desearles un buen viaje, de parte de la señorita Simonetta Murdok. Queremos recordarles que solo hay tres reglas para tener un viaje exitoso: ¡con protección (nada de bebés), alcohol a granel (pero sin caer en el coma) y casarse! —todos la miramos como si estuviera loca, y ella se ríe—¿Salud? —¡Salud! —¿No es muy temprano? —pregunto, y todos me miran divertidos antes de tomar su shot. Yo intento no reírme mientras giran shot, shot, shot para que tome el mío. La presión de grupo me hace tomármelo, no la sonrisa radiante de William ni los aplausos de mi amiga mientras bailotea en círculos. —Es muy temprano, pero estos dos planean casarse el 26, entonces tenemos que dormir en el avión, despertarnos en Las Vegas, ir directo a las despedidas de solteros y en la noche pueden casarse. ¿Les parece? —No sé. —Yo sé, porque les he preparado un día espectacular. No estarás lista antes de esa hora, y tengo planes para ti, Manuel. No sabía si tenías un amigo como Ramón —Simonetta asoma su cabeza a la pantalla del teléfono de su prometido y este ríe. —Eres, de lo que no hay, qué asco. —¿Estás viendo porno?—pregunta Manuel impresionado por lo desinhibido que es su cuñado, todos vemos la pantalla del celular espantados y Ramón ríe. —Ramón, de verdad —le grita su hermana y le da un par de golpes en la cabeza.—¡Compórtate! —No, alguien que me va a extrañar me lo enví. ¿Qué quieren que haga? Así empezó nuestro viaje, con la promesa del sexo, el amor y el matrimonio. ¿Apuesto que se mueren por saber...? Denme un par de minutos que cando uno cuenta cosas desagradables que sea con copita de vino.
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