Capítulo Catorce
—Todavía no entiendo por qué estamos conduciendo hacia el aeropuerto —se quejó Colt—. Podríamos haber estado allí por ahora. —Anchorage era un viaje de cinco horas desde Nenana. Él y Robbie se sentaron juntos en el asiento trasero del coche que Christian había alquilado.
—Todo es cuestión de apariencias —dijo Christian—. Por supuesto, tú nunca te has preocupado de asuntos tan triviales. —Christian miró por el espejo retrovisor cómo Colt le sacó el dedo medio de forma grosera.
—Estamos en la puta Alaska. Así que no, no me importan las apariencias. No hemos pasado a ningún otro coche en la última hora. Exactamente quién te preocupa que nos vea.
—Ese es exactamente el por qué tenemos que tener cuidado. Cuando vives en una zona con menos gente, tienen más tiempo para notar
