Capítulo Diez —Así que, ¿no te molesta que tu novio se convierta en un animal salvaje? Randall se rio. —No, ¿por qué habría de molestarme? Por lo que me has hablado de ti, suena como que te vuelves bastante salvaje tú mismo... abriendo un agujero a través de la pared del dormitorio, sacudiendo la casa tanto que la viga del techo se rompió. Robbie sintió que su rostro instantáneamente se acaloraba. —Ah... bueno, supongo que ambos lo compartís todo. —Oh, no te preocupes —dijo Randall, colocando su mano sobre el hombro de Robbie—, no vamos a traicionarte. Es solo que, bueno... fue un poco gracioso, ya sabes. Randall y Robbie se acurrucaron en el granero, se agacharon delante de Naomi, la oveja Dall, acariciándola. Robbie había invitado a su nuevo amigo a venir para ver los animales. Cua