BRITANIA DEL NORTE Gia En el norte hacía frío, un frío que calaba los huesos y ese fue mi pretexto. Mis cosas estaban ya en los enormes armarios del praetorium, pensaba quedarme aquí hasta que las legiones se instalarán, no podía permitir que Maximilian saliera de mi zona de control, no podía darle a la britana terreno. Ella quería al hombre y yo lo que el hombre significaba. Si tenía que pelearme con él lo haría, no había nada que disfrutara más que enfadarlo y estar discutiendo con él era uno de mis mayores pasatiempos. La esposa sumisa que había conocido se había quedado en Roma, ahora lo único que quedaba para él era una mujer calculadora y descarada que ponía al límite su carácter controlador. No había nada que Maximilian odiara más que el semblante burlón de alguien cuando