Ladgerda sonrió. Al oírla, celosa, dijo: "Vaya, veo que Pául ya hizo amigas nuevas. Pero no te preocupes, estoy segura de que hará lugar para las dos". Yo resoplé y dije: "Si saben que estoy aquí, ¿verdad? No molesten con tonterías, tendré dos problemas más cuando regrese. Pero no habrá lugar más que para mis niñas. - Ustedes solo son amigas y eso no cambiará jamás. Conocen las reglas; si no están dispuestas a aceptarlas, será mejor que no me busquen". Las dos resoplaron al oírme, pero se dispusieron a desayunar. Sin embargo, al levantar la vista, pude ver lágrimas en los ojos de Ladgerda. Al girar, pude ver llegar a todos mis hombrecitos. Ladgerda podía verse a sí misma en Vincent, así que sus instintos maternales se hicieron presentes. Ya sé, dirán por qué nadie se dio cuenta de qu