Capítulo 16 Keziah Estaba caminando por la arena, cuando divisé a Gabriel saliendo del mar, se sacudió el cabello húmedo, haciendo que el fulgor flotara frente a él, cada gota se ardería a sus tonificados músculos, sobre sus anchos hombros, sus fuertes brazos, el agua caía hasta su tórax, deslizándose por la perfecta V, que se marcaba hacia sus caderas, donde un bañador azul se ardería a su piel con cada movimiento. El me miró, sonrió satisfecho y se acostó en una tumbona con sombrilla que no había visto por estar comiendomelo con la mirada. – ¿Vienes? – dijo sin voltear. Me había quedado parada mirándolo, ordené mis pensamientos y camine hacia la tumbona a su lado. – ¿Vestido he? – dijo cuando me senté – Te ves preciosa. – Gracias – mire la hielera y pregunté – ¿Puedo? – Adelante –