Mire a otro lado, el sol estaba ocultándose en el horizonte. – Ya es tarde – Dije retrocediendo – Se preguntarán donde estoy. – Necesito decirte algo más. – Ya he tenido suficiente. – Es algo que debes saber. – En verdad quiero irme – me giré hacia la ventana, el sol se ocultaba tras las olas, era relajante y hermosa. – Bella esto es importante… no quiero hacerte daño… pero tienes derecho a saberlo. Me giré hacia él, tenía el rostro lleno de preocupación, y ¿Dolor? No sabía que los Arcángeles podrían sentir tantas emociones. Siempre los consideraba fríos, quería hacer tantas preguntas pero asentí. – Soren se acuesta con otras mujeres. Decir que la noticia me dejó sin aire fue poco, sentí como si me partieran en dos. – No, No. ¡No! ¡No es verdad! – sacudí la cabeza, Soren no me h