A veces no era necesario pasar el tiempo en un lugar lujoso para estar bien con alguien. Lo de anoche en la feria fue una sensación indescriptible que sólo tenía una explicación. Lia. Esa mujer tenía algo especula que cuando estaba con ella, todo lo demás desaparecía. ¿Por qué me siento tan bien con ella? Bajé muy temprano al desayuno, tras la salida de anoche con Lia, había dormido bastante bien. Me sentía con mucha energía y de buen humor. — Señor Jureck, aquí tiene su café —dijo Fred, colocando la taza humeante delante de mí. — Gracias Fred. — ¿Le ocurre algo al señor? —preguntó notando el tono en mi voz. — ¿Por qué lo preguntas? ¿Acaso estoy ronco? — No, es que se siente muy diferente. — ¿A qué te refieres con diferente? —quise saber. — Anoche… Usted llegó junto a