Un amor en millones, de Galerías.

NARRA JAINA: Hoy es mi graduación, al fin tengo mi título y podre salir y hacer lo que tanto amo. Mi madre esta muy emocionada junto a mi padre que no dejan de hacer porras por mi desde sus lugares, logrando que pase una gran vergüenza frente a todo el campus. Mi tía a venido desde Irlanda para felicitarme junto a sus hijos y Marcos, su marido. Después del evento fuimos a cenar a unos de los restaurantes mas prestigiosos de la ciudad y que sirven una comida italiana exquisita, si amo las pastas. Ya en el lugar, la recepcionista nos guió hasta la mesa que siempre reserva mi familia cuando vienen a visitarme, es alejada de las ventanas para evitar que algún periodista nos vea y arruine nuestra comida. Mi familia se volvió muy famosa luego de que mi padre aumentara su fortuna en escalas desorbitantes y mi madre con su cadena de galerías se volvió muy conocida en todo el mundo. Por suerte conservan la sencillez y no son unos enfermos por el poder. Aunque mi padre a veces lo parece, pero en su defensa todos nuestros empleados tienen un sueldo mas alto que cualquiera y a mas de uno lo a ayudado en todo lo que el puede. Siempre dice que hay que ayudar al prójimo mientras se pueda, y ponerse en el lugar del que la pasa mal para entender que no todos vivimos como deseamos. Luego de la cena tan maravillosa me fui derecho a mi departamento, estaba invitada a una gran fiesta de graduación que organizo una de mis compañeras pero mañana tengo un vuelo bien temprano hacia Londres a una de las galerías para inspeccionar que todo marche bien, mi madre me informo que a recibido varias quejas de diferentes artistas con respecto a la falta de remuneración de sus trabajos ya vendidos. A la mañana siguiente me visto y marcho al aeropuerto con mis padres. Antes de embarcar pasamos por una cafetería del lugar y pedimos nuestros desayunos. Mi madre esta un poco melancólica con el nuevo rumbo de mi vida. Yo estoy feliz, amo lo que hago, las galerías, el arte y todo lo que tiene que ver son mi perdición. Siempre que pude ayudarle en lo referido al tema así lo e echo y ella siempre a confiado en mi criterio y a pedido mi opinión. -hija cuando llegues llámame, cualquier cosa que necesites o inconveniente que surja tene me al tanto. -sabes que lo hare mama, ya me mandaste el informe de la galería? -si, lo mande a tu correo. -ok, cuando este en el avión lo reviso. -bueno mis chicas hermosas dejen un rato el trabajo y terminemos de desayunar que falta poco para tu embarque. -apunta mi padre. Ya en el avión, le pido a una de las azafatas que me traiga una botella de agua mineral y cereales. Mientras me acomodo en mi lugar saco de mi bolso de mano mi tableta para revisar mi correo y de mi cartera mi celular. Quiero escuchar música mientras hago mi trabajo, pero no logro dar con mis auriculares. Trato de encontrarlos sin tener que sacar su contenido, a veces pienso porque guardo tanto cachivache en mi bolso, es algo que ni yo lo se. En mi apuro por querer dar con ellos mi bolso cae al piso y para mi desgracia casi todo su contenido termina desparramado en el piso. voy a recoger las cosas y mi cabeza golpea con la pierna de alguien, mas bien su entrepierna. Al levantar mi cara me encuentro con un par de ojos verdes que me miran serio dejándome hechizada por la intensidad de su mirada. -lo siento, soy media torpe. -me disculpo con el sujeto. El tipo no hizo mas que asistir y pasar de mi, dejándome con la boca abierta ante su falta de cortesía. No pido que me levante todo pero cualquier ser humano normal me ayudaría a juntar. Termino de juntar mi desorden y ya con los inoportunos auriculares colocados en mis oídos busco mi lista de reproducción en mi celular y mientras escucho la dulce canción Perfect de Ed Sheeran. Como siempre que me concentro en mi trabajo comienzo a cantar a un tono que solo yo escuche o eso creo. -señorita!! -me grita la azafata mientras toca mi hombro-. Baje la voz! -me dice haciéndome señas. _o disculpe no me e dado cuenta que estaba cantando fuerte. La chica se retira al lugar donde están las azafatas con gesto irritado y yo trato de disculparme con los demás pasajeros por mi cacareo. Al dirigir la mirada hacia la parte trasera de mi ubicación me topo con la mirada de jade que esconde una sonrisa en sus labios mientras desvía la vista.