Bess.
Las ganas de hacer pipí me despiertan. Eso y un terrible dolor de cabeza.
Mierda, me duele la cabeza.
Mis pies salen volando de la cama y como si estuviera a punto de reclamar los mejores panecillos del mundo mundial, salgo corriendo hacia el baño.
— ¿Bess? — Aaron pregunta al otro lado de la puerta.
— ¡Estoy haciendo pipí! — Le grito.
Su risa me llega a los oídos y yo rodo los ojos, sin entender el motivo de su carcajada.
¿He dicho algún chiste?
No lo creo.
— Me estoy empezando a preguntar por qué te ríes de todo lo que digo — susurro más para mí que para él mientras me lavo las manos.
— ¿Puedo entrar? — Pregunta a los pocos segundos.
Murmuro algo inentendible porque tengo el cepillo de dientes dentro de mi boca.
Cuando Aaron entra, se apoya en el marco de la puerta ahor
