A los 16 muchas cosas habían cambiado. Por ejemplo mi padre tenia la paranoia de que; "algún chico que no sea bueno me llevara en sus garras". Y era tonto pensar eso ya que desde que era una niña ya tenia claro mis objetivos. Número uno: Encontrar a mi príncipe. Número dos: Mantener al vecino alejado y numero tres: Tener mi vida soñada.
La adolescencia se había vuelto el tema de todos los días en mi casa. Mientras mi madre me instruía y enseñaba lo esencial para cada ocasión u circunstancias. Mientras que mi padre, bueno él, ya estaba diciendo locuras como que buscaría su arma y esas cosas para protegerme. La verdad es que ni siquiera sabia que tenia una, si es que la tenia.
El detalle era lindo pero no es como que yo me enamoraría tan rápido de alguien sin futuro ni mucho menos, o no. Si o si debía encontrar al hombre de mis sueños.
En el transcurso de los años el fastidioso de Liam siempre buscaba la excusa perfecta para molestarme. Ha los 11 años sí me había regalado algo, Un cupón especial para ser su novia. Indignada había roto el cupón en sus narices.
Para su cumpleaños le había regalado un cupón para abrazos siempre que él quisiera. Ya que me había sentido mal cuando a los 11 le había roto el regalo que con mucho esfuerzo (sus palabras.) había echo para mí. Y él contento lo recibió gustoso.
Pero hubo un GRAN problema. Liam se la pasaba pegado a mí, cada que me veía me aprisionaba a sus brazos y no quería soltarme. Por eso cada de que lo veía y me quería abrazar lo detenía. Sin embargo el muy desgraciado me ponía en la cara el cupón con una gran sonrisa en el rostro, por otro lado yo no podía hacer nada, más que aceptar sus insistentes abrazos.
Aun que debía admitir que Liam había cambiado bastante ya no era un niño revoltoso y grosero (no es que en ese aspecto haya cambiado.) Liam de por si era alto, pero a medida que su edad aumentaba crecía cada vez más, su cabello estaba más largo, su cuerpo y sus hombros se ancharon, sus brazos delgados tomaron músculos. Al parecer iba al gimnasio con su hermano sin decirle nada a nadie. Lo había visto por primera vez cuando estaba en su casa junto a su hermana y se paseo sin camisa según él "por el calor".
-¡Por dios Liam, cúbrete! -Chillo Hanna y Liam río.-
-Es mi casa, puedo ir como quiera.-Respondió burlón.-
-Emma esta aquí, ten un poco de vergüenza al menos.-Dijo Hanna, y su mirada fue a parar hasta mí. Al parecer no se había percatado de mi presencia y por eso andaba así. Mis ojos recorrían su cuerpo, al menos la parte que estaba al descubierto, tenía unos perfectos abdominales, y como sino fuera poco recién salía del baño, y pequeñas gotitas bajaban por su torso.-
-¿Te gusta lo que ves?.-La voz de Liam me hizo entrar en razón, ¿Cuándo había cambiado de chillona y escandalosa a grave y pecaminosa?.-
No lo sabia, pero solo sabia que no dejaba de mirarlo.
Sin saber a donde había ido Hanna, Me encontraba sola con Liam quien sonreía de manera coqueta. Me hice a mi misma relajarme. ¡Por dios!, solo era el salvaje del vecino, pero joder.
-Tierra llamando a Emma...¿Emma?.-Sus ojos estaban sobre los míos.-Ya sé que soy sexy, pero puedes comerme con la mirada en otro lugar, ¿Qué tal mi habitación?.-Sus palabras hicieron que me sonrojara.-
-¡Cúbrete inmoral!-Chille apartándolo con mis manos, él solo río.-¡Eres un pervertido!.-Tome el arma de defensa que mas cerca estaba de mí, un cojín fue a parar a su rostro, su perfecto rostro simétrico.
¡Emma compórtate!.
-Si sabes que te gusto, ¿por qué negarlo?.-Levanto una ceja a la vez que sonreía.-
-Escúchame bien, tú nunca me gustaste y nunca me gustaras.-Hable segura de mis palabras, Liam bufo perdiendo aquella bella sonrisa en su rostro.-
-Como sea.-Molesto subió a donde creía era su recamara dando fuertes pisotones.-
Dejé escapar un suspiro y lleve mi mano a mi pecho, sentía que el corazón se me iba a salir. Seguramente debía de tener el rostro totalmente rojo.
¡Estúpido Liam!
-Emma, ¿estas bien?.-La voz de Hanna me hizo salir de la burbuja.-
-¿Eh?, ¡por supuesto!-Me había parado derecha en el sillón donde me encontraba.-
-Ya veo, ¿quizás tendrás fiebre?, estas muy roja.-Río maliciosa y rodé los ojos.-
-Quizás sea eso...-Susurre para mi misma.-
-Emma, ¿estas así por Liam no?.-Levanto una ceja, no,no,no podría ser cierto. ¿No?.-
-¡Claro que no!-Chille a la defensiva.-¿Como estaría así por el tonto de Liam?.-Bufe cruzándome de brazo indignada.-
-Emma, por dios, no soy ciega.-Levanto una ceja.-Desde que éramos niños se ve que hay algo entre ustedes y no son las peleas constantes.-Sus cejas iban de arriba hacía abajo insinuando algo.-
-Hanna reacciona ¿si?, tengo 16 y Liam 18, Es un tonto y yo soy lista. No caeré en su juego, porque por los rumores que corren y perdona que lo diga, Liam solo juega con las chicas.-Hice de mis manos puños. Empezaba a irritarme y no sabía el porqué.-
-Tienes razón, Liam es un mujeriego, y Lucas le sigue los pasos, solo que no lo hace con frecuencia.-Asentí, la verdad es que Lucas al menos disimulaba un poco mas que su estúpido hermano.-
Nunca me fijaría en Liam. Porqué una de las cosas que tenía que tener mi príncipe era la siguiente:
1- No ser un mujeriego.
(...)
-Bien entonces repasemos.- Había hablado mi padre.-Número uno; cero alcohol.-
-Cero alcohol.-Respondí.-
-Cero bebidas en vasos de colores.-Dijo.-
-Cero vasos de colores.-Él asintió. -
-No comer comida sospechosa, sobre todo los brownies.-Hice una mueca.-
-Nada de comer brownies.-Me preguntaba del porqué, si sólo eran pasteles.-
-Y por último pero no menos importante, nada de chicos.-Recalcó esa última palabra.-
-Papá, tranquilo. El comité del baile me invito a ir, y eso que son los mayores.-Respondí orgullosa, bueno a mí y a Hanna también, puesto que éramos las únicas que participaban activamente en cosas relacionadas a la institución de clases, en nuestro salón.-Hanna ira y Lucas estará ahí para cuidarme.-Sonreí.-
-¿También estará ahí Liam no?.-Hice una mueca y asentí.-Bueno él también te cuidara.-Dijo, y a estas alturas aun me preguntaba; ¿Cómo es que mi padre confiaba en el salvaje del vecino?.-
Quizás le hizo alguna brujería.
-Cariño, ya deja de prohibirle cosas a Emma, el baile será seguro y los vecinos estarán ahí para traerla.-Mi madre llego justo a tiempo, ¡Salvada!.-Además, Emma es muy responsable para su edad.-Papá asintió de acuerdo.-
-Lo sé, pero es que hace no mucho era tan pequeña y ahora es toda una señorita.-Quizás alucinaba pero mi padre tenía lagrimas en los ojos, mi corazón se encogió por unos segundos, no era fácil ver crecer a los hijos para algunos padres, siendo que era hija única lo entendía.-¿Por qué no me dejas buscar la escopeta?.-Y ahí estaba el papá que yo conocía.-
-No es no. Si nuestra hija quiere tener un novio lo aceptaras y punto.-Dictamino mi madre con fuerte voluntad, papá le había sacado la lengua mientras ella no lo veía..-Ahora es hora de irse. La noche es joven.-Sonrió.-
-Lo olvidaba, por cierto hija-Mi padre se giró hacia mí. -
-Nada de pasarse de las una.-Su cara era lo bastante seria como para saber que si pasaba de las una estaría en problemas.
-Lo sé papá.-Bese su mejilla, me separe al escuchar como tocaban el timbre.-Los amo.-Abrí para encontrarme con Hanna quien traía un vestido lila ajustado a su figura.-
Mi vestido a comparación del de Hanna era de color n***o, se acentuaba bien mi cuerpo, Mi cabello estaba echo rizos. Los zapatos eran cómodos así que estaba lista para irme.
-¡Emma estas hermosa!-Chillo Hanna y reí.-
-Tu igual luces preciosa.-Sonreí.-
-¿Nos vamos?, Lucas esta esperando.-Asentó.-
-Tengo el presentimiento de que el baile será perfecto.
Luego de una breve sesión de fotos con la cámara de mi madre porqué; " Es la primera vez que Irán a un baile, y para ser menores que todos es un logro." Esas fueron sus palabras. Luego de rechazar la idea de que mi padre nos acompañaría y llevaría su escopeta para vigilar que ningún estúpido chico (sus palabras.) se acercara a nosotras.
Pero en fin, abrazos y besos de despedida más tarde, tomamos rumbo al baile.
(...)
Si podía describir la situación que estaba viviendo ahora gracias al salvaje del vecino, sería la siguiente: MOLESTA e INCOMODA.
Según tenía entendido en el camino los chicos me habían dicho que Liam nos esperaría en el baile, eso fue mejor ya que no tendría que verlo. Al llegar él esperaba dentro junto con todos los demás.
Bien hasta ese punto no había problemas. Mi problema llego cuando vi a Liam en traje, aun podía recordar mi fiesta de 9 años ya que ese día habían tomado muchas fotos, incluso en ese entonces Liam se veía decente. Pero ahora, Dios del cielo. Si que había mucha diferencia.
El traje n***o de Liam se acomodaba muy bien a su cuerpo. Su cabello estaba perfectamente peinado y sus ojos marrones destilaban diversión por donde se viera y una sonrisa coqueta adornaba su rostro. Me fue sumamente difícil no despegar la mirada de su cuerpo.
Aun que luego no fue difícil hacerlo cuando el literalmente se había abalanzado sobre mi.
-¡¿Qué crees que haces?!.-Chille cuando sus manos sostuvieron mi cintura.-
-Nos vamos.-Se limito a decir.-
-¿Qué?, ¡no, no¡. ¿Quién te dijo que yo quería irme?.-Me aleje y retrocedí en el momento que sabia me tomaría nuevamente, su colonia llegaba a mi nariz, eso seria peligroso.-
-¿Acaso no te haz mirado en un espejo?.-Hice una mueca.-Esos chicos te van a devorar con la mirada.-Gruño y levante una ceja.-
-¿Te refieres a como lo estas haciendo tú.-Lleve mis manos a mi cintura.-
-Si, como yo, ¿qué?, ¡espera no!-Negué con la cabeza.-Bueno si, pero no. Ahg. ¿Podríamos irnos?.-En su mirada había fastidio.-
-Para nada, fue muy difícil llegar aquí y no porque estés de celoso me iré.-Dije decidida, nadie arruinaría mi noche, ni quiera Liam.-
-¡No estoy celoso!-Se defendió, claramente mentía.-
-Si, no es que me interese mucho. Ahora si me permites yo disfrutare mi baile.-Ignore las quejas del salvaje. Y es digo, si estaba aquí porque me habían invitado al menos disfrutaría de la noche.
Aun mas cuando Eitan un guapo chico de una clase mayor a la mía estaba aquí y me esperaba para bailar una noche mágica. Ya tenia todo planeado y no iba a permitir que esta noche se arruinara, O mejor dicho que Liam la arruinara. Claro que no lo permitiría.
En definitiva no dejaría que esta noche se arruinara.