Fue en uno de esos días de primavera donde se escuchaba el cantar de los pajaritos. Las flores mas bellas del lugar se presentaban al mundo y desprendían un rico aroma. Ese día había despertado por suaves murmullos a mi alrededor, los cuales decían mi nombre.
Mis ojos se abrieron lentamente. Me incorpore al ver a mi madre junto a mi padre sonreírme dulcemente. Como todos los días, pero hoy estaban ambos en mi habitación.
-Emma, hora de despertar cariño.-Mi madre dejo un beso en mi mejilla.-
-Feliz cumpleaños hija.-Susurro mi padre dándome un suave beso en la frente. Hoy era mi cumpleaños numero 9.-
-Mamá, papá. Gracias.-Murmure sin poder contener una sonrisa en mi rostro.-
-Pide un deseo.-Hablaron al mismo tiempo y asentí. Junte mis manos y cerré mis ojos. Cada año pedía un deseo y a medida que crecía eran distintos. Y siendo solamente un deseo ya sabia lo que quería.-
"Deseo encontrar a mi príncipe azul."
Y apague las velas.
-¿Que pediste mi niña?.-Pregunto mi padre.-
-Cariño eso no se pregunta.-Lo codeo mi madre y asentí soltando una risilla.-
-De acuerdo, ahora date un baño y baja a desayunar. Comeremos pastel para desayunar.-Dijo mi padre.-
-¡Bravo, pastel!-Di saltitos en mi cama de color rosa.-
Mis padres salieron de mi habitación y con ellos se llevaron el pastel. Cerraron la puerta y estaba sola. Hice mi cama como todas las mañanas. Estire mi cuerpo, tome camino hasta el espejo de cuerpo entero que había en la pared justo al lado de mi mesa.
Mi cabello estaba echo un desastre, pero como iba a tomar un baño lo peine e hice un moño alto. Tome mis cosas y me encamine al baño.
"La mañana ha empezado bien." me dije.
(...)
Conforme las horas avanzaban ya estaba en casa de los vecinos. Hanna me había llamado para darme una sorpresa, y yo como buena hija que era antes había pedido permiso, al obtenerlo de mi madre tome rumbo a la casa de al lado. Salude con educación a la señora Dustin quien al verme sonrió.
-Emma, feliz cumpleaños cielo.-Sonrió dándome un beso en la mejilla.-
-Gracias, señora Dustin.-Agradecí. Me sentía bien que las personas cercanas a mi me felicitaran. La sensación de calor en mi pancita era reconfortante.-¿Se encuentra Hanna?.-Pregunte y esta asintió.-
-Por supuesto, esta en el patio.-Asentí.-
-Gracias.-Dicho esto tome camino al patio. Mi mejor amiga al verme soltó un gritito y salió directo a abrazarme. Aparte, Lucas y el salvaje de Liam estaban ahí también.-
-¡Feliz cumpleaños!-Dijo y acepte su abrazo.-Espero cumplas muchos muchos más, y ¡que seamos amigas para siempre!, y que encuentres a tu príncipe.-Reí bajito.-
-Aun que no sea tu cumpleaños espero encuentres al tuyo también.-Ella asintió con la cabeza.-
-Vamos te daré tu regalo.-Me jalo hasta el árbol en donde estaban sus hermanos.-Esto es para ti, Emma.-Hanna me entrego una pequeña caja de regalo color rosa y con un listón dorado.-
-¿Por qué le das un regalo?.-Pregunto Liam haciendo una mueca.-
-¿Acaso no lo sabes?.-Lucas miro interrogante a su hermano y este negó.-Ah, te lo había dicho hace una semana, hoy es el cumpleaños de Emma.-Asentí.-
-¡¿Cumpleaños?!-Grito de manera estruendosa y molesta para mis pobres oídos, todos asentimos de manera obvia a su pregunta.-No sabia nada de un cumpleaños, y menos de esta princesita.-Le mire fastidiada y luego le saque la lengua.-
-Bueno pues, busca un regalo o que se yo.-Lucas se encogió de hombros mientras me abrazaba y me entregaba un cuaderno de dibujos.-Esto es para ti, tienes un gran talento para dibujar. Feliz cumpleaños.-Dijo separándose de mi mostrándome su mejor sonrisa.-
-Muchas gracias Lucas. Tu y Hanna si recuerdan las fechas importantes...No como otros.-Y con otros evidentemente me refería a Liam, quien abrió su boca en modo de respuesta.-
-¡Pues ya veras, buscare un regalo y será mejor que todos!-Grito fastidiado y salió del patio, tras suyo iba Lucas diciéndole que se calmara.-
-Es un tonto.-Dije mirando divertida como Liam y Lucas se iban, Hanna asintió.-
-Siento lastima de la chica que se case con Liam.-Ambas reímos cómplices.-
El regalo de Hanna era un lindo brazalete que decía "mejores" al principio no había entendido pero luego Hanna me mostró el de ella, este decía "Amigas". Estaba emocionada, si que lo estaba.
(...)
Eran las 5:55 de la tarde cuando me encontraba en mi fiesta de cumpleaños, todo era tan lindo, ordenado, decorado y rosa. Sí, el rosa es mi color favorito. Pero nos desviamos del tema. La presentación de la fiesta era de princesas y príncipes. Yo me encontraba con un hermoso vestido de color rosa pastel, justamente como esos vestidos que llevaban las niñas de la realeza. En mi cabeza yacía una tiara de color dorado con un corazón rojo como joya de plástico. Las demás niñas llevaban vestidos similares al mío pero de distintos colores, el de Hanna era de un amarillo pastel.
Mientras tanto los niños llevaban a regaña dientes trajes, no es como que a ellos les gustara la idea de usarlos, ellos preferían vestir como superhéroes. Y debía admitirlo, incluso Liam lucia...Decente con su traje.
-Bien niños y niñas, aquí la princesa es Emma, debemos encontrar a su príncipe.-Decía la chica que estaba para animar la fiesta. Esta también estaba vestida de princesa.-¿Algún caballerito quiere ser el príncipe?.-Pregunto mirando de manera curiosa, si decía la verdad aquella chica daba un poco de miedo por la manera en la que sonreía tan exageradamente.-
-¡Yo seré el príncipe!-La sonrisa que estaba en mi rostro se había borrado casi de inmediato, al escuchar la voz tan familiar.-
-¡No!-Grite captando la atención de todos.-
-¡Si!-Sonrió, solo lo hacia para molestarme. Incluso en mi cumpleaños.-
-No, Liam no sabe comportarse.-Me cruce de brazos Liam por otro lado me miraba con burla.-
-¡Oh, vamos linda!.. Dale una oportunidad, seguramente llega a ser tu príncipe soñado.-Sonrió la animadora, evite rodar los ojos.-
-Ni en sueños.-Había dicho. Pero bueno, al final no me hicieron caso y ningún otro niño se animaba a ser príncipe, ya sea porque le parecía soso o por vergüenza.-
Liam hacia que mi perfección se fuera, y como me molestaba eso. Al final, Liam era el príncipe y yo la princesa. Ósea que tuve que soportarlo en todo el resto del día. Y no en un día cualquiera, era mi cumpleaños.
Mas tarde era la hora del pastel y entre tantos juegos, gritos y saltos ya era la hora mas esperada para todos los niños presentes. En el transcurso del día mis padres me habían presentado a sus amigos, aparte de los del pueblo. Personas de la ciudad que hacían negocios con mis padres.
Había una pila de regalos en la mesa del fondo, al otro lado estaba el pastel que desaparecía en pequeñas cantidades. Los invitados eran cada vez menos hasta que los señores Dustin y mi p}madre, junto a otras señoras mas se quedaron limpiando el lugar. Así el desorden desaparecía poco a poco.
Hanna se encontraba buscando helado con Lucas. Mi padre llevaba a los demás niños a su casa y yo estaba en una mesa rosa tomando Té helado. En todo el día me la había pasado bien, aun que Liam quería ser también el centro de atención, pero no lo dejaría. No cuando era mi cumpleaños.
Y aun que trate de evitarlo el tonto de Liam había provocado que el ponche de frutas cayera en mi perfecto vestido rosa, por lo que tuve que usar uno de repuesto; el cual detestaba pero no me quedo mas que usarlo.
-Hey, Emma.-Mi vista fue a parar con nada mas y nada menos que Liam, al verlo estaba un poco ¿Tímido?-
-¿Qué quieres?.-Respondí girándome y viéndolo de mala manera.-
-Quería disculparme por lo de tu vestido.-Alce una ceja.-Bueno en realidad me obligan a disculparme. Ese vestido era horroroso.-Bufe reteniendo una pequeña sonrisa.-
-Al grano.-Dije haciendo una señal con la mano para que se adelantara y Liam asintió.-
-Esto es para ti.-Lo miré desconfiada. Oh bueno, eso hacia hasta que vi lo que traía a sus espaldas. Era un oso de peluche.-Este es para reponer el que te rompí.-Dejo el peluche en mis brazos.-
Mi antiguo oso ya no estaba conmigo, uno que siempre llevaba desde que tengo memoria y uso de la razón. Ya que Liam se había encargado de hacerlo pedazos y decapitarlo unas 30 veces, al final mi pobre peluche no soporto más y mi madre tuvo que tirarlo aun que con lagrimas le suplique que no lo hiciera, al final lo hizo, por mi bien o eso fue lo que dijo.
No le había hablado por un mes entero a Liam hasta que se disculpo.
-Gracias.-Susurre abrazando al oso, era tan suave como el otro.-Me encanta.-Sonreí y Liam asintió mirando hacia otro lado, sonreí sutilmente.-
-Bien, eso hace que no me sienta tan culpable.-Rodé los ojos y me levante quedando frente a él.-
-Cállate, y nuevamente gracias.-Me había acercado para besar su mejilla.-
Y créanme que esa era mi única intensión, pero al parecer no la de Liam porque había girado su cabeza, haciendo que nuestros labios se juntaran. En un microsegundo me había alejado y lo mire horrorizada.
-Tú...tú...-Retrocedía a cada paso, llevando mis manos a mis labios, sorprendida.-
-Ah...Emma...-El rostro de Liam formaba una sonrisa cada vez más y más grande luego de estar viéndonos.-
-¡Tú tomaste mi primer beso!-Corrí a mi habitación mientras me echaba a llorar en el camino.
El día que pensaba seria perfecto de principio a fin había terminando en una palabra: Terrible.