C A P Í T U L O 3.

2618 Words
Luego del fracaso en mi cumpleaños no le había dirigido la palabra al salvaje de Liam, y no porque me desagrada y nos odiamos mutuamente. ¡Claro que no.¡ Es que él había robado mi primer beso!, ¡el cual estaba reservado para mi príncipe perfecto!. Se suponía que mi primer beso sería con el príncipe de mis sueño. ¡No con el salvaje del vecino!. Aún que fuese un ligero roce sería mi primer beso para toda la vida. Trate de convencerme de que no había sido nada, que quizás fue una equivocación. Negué con todas mis fuerzas ese fatídico momento en toda mi vida desde que tengo memoria. Pero cuándo le había preguntado a mi madre sobre ello me dijo que una vez que alguien más toca tus labios con los suyos ya es tu primer beso, Para siempre. En conclusión ya no había vuelta atrás y ese sería y será mi primer beso, Sin romanticismo, sin flores, sin príncipe. ¡Estúpido Liam!. Lo había estado ignorando por un largo tiempo y le decía a Hanna que jugará en mi casa, hacíamos pijamadas y cosas de niñas. Hasta que una noche donde estaba leyendo una bella historia de amor, fui interrumpida. Y es que ya tenía 10 años. Hanna y yo teníamos la misma edad. Liam tenía 12 y Lucas 14. Pero en fin. Deje atrás mi libro para prestar atención a quien se atrevía a molestarme y distraerme de tan bella historia llena de tragedia. -¡Emma!-Reconocía esa voz donde fuera.-¡Sal, Emma!-Volvió a gritar y bufe.- Me acerqué a la ventana y abrí esta. Efectivamente Liam se encontraba bajo la ventana. Lo miré con desdén y suspiro. -¿Qué quieres Liam?.-Lo miré con el ceño ligeramente fruncido, si lo pensaba desde mi ventana me hacia sentir que era una princesa en una especie de balcón.- -¿Hasta cuanto seguirás ignorándome?.-Pregunto haciendo que sus brazos se cruzaran, pareciera que en algún momento haría un berroche y sonreí de manera cínica.- -Toda mi vida de ser posible.- Respondí con altanería. Ahora era él quien tenía el ceño fruncido.- -¡No es para tanto!-Se quejó.-Ya perdóname.-Levante una ceja y  negué varias veces.- -No, Robaste mi primer beso y eso es algo que nunca te perdonaré.-Gruñí ya dispuesta a irme.- -Oh, vamos sólo fue un bobo beso.-Rodó los ojos.-No es para tanto, además según recuerdo, tú te acercaste para que te lo diera.-Mis ojos se abrieron desmesuradamente, ¿Cómo se atrevía?.- -¡Yo nunca quería, besarte! ¡guardaba mi primer beso para mi príncipe perfecto, no para ti!-Chille en respuesta, Liam soltó una risa burlona.- -Los príncipes sólo existen en cuentos de hadas.-Dijo obvió.- Bastante tontos si quieres mi opinión. -¡También en la vida real!-Respondí ofendida.-Ya verás que tendré a mi perfecto príncipe conmigo.-Liam hizo una mueca.- -Admite que mi beso fue perfecto.-Negué varías veces.- -Tú eres de todo menos perfecto, por lo que eso fue el momento más desastroso de mi vida. Mi primer beso debió de ser romántico,  a la edad de 16 años no a  los 9 años. Quería flores y bellos detalles, no uno como el que me robaste. Solo olvidémoslo.-Mientras daba mi discurso estaba dispuesta a cerrar la ventana, pero como siempre no estaba en los planes de Liam irse. Al darme cuenta estaba en mi habitación.-¿¡Que haces aquí!?-Lo miré molesta.- -Esto es demasiado rosa.-Se quejó.-Lastima mis ojos.-Hizo una mueca.- -Entonces vete, antes de que te lastime yo.-Amenace y río.- -Emma, Emma. Sácate de la cabeza a esos príncipes que sólo están en los cuentos de niñas pequeñas, Tienen papeles bastante sosos y poco reales.-Se bajo de la ventana y caminó mirando con poca atención mi habitación hasta quedar frente a mi.-Soy por mucho mas increíble que ellos y lo mejor es que yo si REAL.-Recalco esa palabra.- -Pero no eres como ellos y nunca, ¡jamás estaría con un salvaje como tú!-Apreté mis puños, Liam tenía esa sonrisa burlona que tanto me irritaba. Esta se hizo más grande.- -Te demostrare lo contrario.-No sabía a que se refería hasta que tomo mi rostro entre sus manos y junto nuestros labios. ¡Me estaba robando mi segundo beso! y sí, entendía que además del primero el cual había sido un rotundo fracaso, los demás podrían ser especiales.- ¡Pero esto no lo era lo que tenía planeado para nada!. Liam no se movía ni yo tampoco. Mi rostro ardía hasta no poder más, y se alejó cuando ya no podíamos contener mas el aire. -¡Eres un idiota!-Grite limpiando mis labios, por otro lado él solo reía .- -Se mi novia.-Sonrió con orgullo y negué.- -¡Jamás! ¡ni en esta vida ni en la siguiente!-Retrocedí para que no intentará besarme otra vez.- -¿Porqué no aceptas que te gusto y ya?.-Su rostro formo un ceño fruncido ¡Ja! se hacia el ofendido..- -Porque no eres el chico de mi vida, ni mucho menos el que quiero a mi lado. No eres perfecto para alguien como yo.-Liam negó sin despegar la mirada de mi.- -Príncesita, tu no eres perfecta.-Dijo burlón.- -¡Si lo soy!-Grite y avanzó.-Das un paso más Liam Dustin y te lanzare por la ventana.-Amenacé y para mi suerte retrocedió con las manos levantadas, aun sonreía.- -Esta bien, pero serás mi novia.-Dijo muy seguro y rodé los ojos. Estaba soñando si pensaba que algo así pasaría.- Sin más que decir Liam se fue por donde llego, ósea por mi ventana. -¡Serás mi novia ya verás Emma!-Grito desde abajo y cerré con fuerza la ventana. Hoy mismo le diría a mi padre que pusiera una valla. Así el vecino no la cruzaría. Jamás. (...)  La mañana del día siguiente me había costado bastante levantarme. No había podido pegar el ojo por culpa del idiota de Liam. Además de arruinarme mis dos primeros besos también me exigía ser su novia. Y no señor. Yo no seria novia de un salvaje como ese. El despertador había empezado a sonar, pero ya estaba despierta. Creo que solo había dormido unas 4 horas. Esperaba no tener ojeras o algo parecido. Me levante para vestirme y hacer todas y cada una de mis necesidades. Hoy tenia escuela y según apuntaba mi calendario hoy seria un día muy importante. ¡14 De febrero!. Oh, como amaba el día de san Valentín, desde que nos habíamos mudado en la escuela que estaba era tradición intercambiar chocolates, cartas, corazones. Y los mayores por alguna razón intercambiaban besos y hacían muchos juegos. Según parecía se encerraban un armario. Al salir estaban todo desarreglados.  Nunca entendí el porqué pero seguro no es nada importante. Pero en fin, Meses atrás había llegado un estudiante nuevo mi clase. Su nombre era Patric y era muy lindo, también amable. Todo lo opuesto a Liam que era feo y descortés .Además de que Patric me había regalado un chocolate el día anterior, y dijo que hoy quería decirme algo importante. ¡Estaba emocionada!. Salí de casa y aspire el rico aire que flotaba. Se podían oler las flores. Mis padres me habían comentado que saldrían por el día de san Valentín así que me quedaría con mi abuela, esta vendría a mi casa y seria lindo volver a pasar tiempo con ella, como cuando estaba mas pequeña. Hoy día me había esforzado mucho por arreglarme, mi vestido estaba muy bien colocado, mi cabello peinado con sumo cuidado, agradecía que mi abuela me ayudara a peinarlo. También habíamos preparado chocolates para darlos a la clase, y algunos aparte para las personas que yo quisiera. -¡Emma, buenos días!-Saludo Hanna abrazándome con cuidado, se había dado cuenta de que traía algo.-Feliz día de san Valentín.-Sonrió dándome un pequeño regalo envuelto, el cual no dudaba traía chocolates.- -Feliz día de san Valentín para ti también.-Sonreí y le di la bolsita.-¿Nos vamos?.-Pregunte y ella asintió.- -¡Vamos!-Chillo y tomamos camino a la escuela. En el transcurso no dejábamos de hablar.- En la entrada de la escuela nos habíamos topado con Patric. Y por alguna razón estaba inquieta y nerviosa, el estaba en las mismas. Hanna pareció notarlo así que solo nos dejo solos. -Emma, feliz día de san Valentín.-Patric había sonreído, le había devuelto la sonrisa pero un poco mas tímida de lo normal.- -Para ti también.-Murmure agarrando la punta de mi falda con nerviosismo y el rio bajo.- -Muchas gracias.-Agradeció.-Oye, mas tarde vayamos tras el patio, ¿recuerdas la pregunta que quería hacerte?.-Asentí.-Pues ahí tendré una respuesta.- -Vale.-Mi corazón latió con fuerza contra mi pecho. ¿Y si me pedía ser su novia?, seria un sueño. Desde que Patric había llegado se había portado muy amable y lindo conmigo.- ¡Seguro hasta le gusto! Pensé. Me encamine feliz a mi salón. El día empezaba bien, sobre todo porque no había visto al salvaje del vecino. Había pasado la mayor parte del día esperando a que el recreo llegara, lo que había platicado con Patric en la entrada me seguía dando vueltas en la cabeza. ¿Y si era muy apresurado hacerme ideas?, quizás le gustaba alguien más, pero también existía la posibilidad de que yo le gustara. Todo esto era mucho para mí. El momento había llegado, había escuchado la campana sonar, tome mis cosas y me abrí paso entre los alumnos. Hanna sabia a donde iba así que no tenia que decirle. Los nervios me comían pero tenia que ser valiente e ir. Al menos esa era mi intensión cuando había chocado con lo que creo era una pared, perdí el equilibrio pero logre quedar de pie. -Lo siento.-Me disculpe e iba a ayudar a la persona con la cual había chocado, pero estaba segura de que no le había echo nada.- -Pero mira nada mas.-Esa voz, ¿Quién mas sino?.-Emma, ¿te has arreglado para mi?.-No Dios mío.-No debías.-Liam sonrió burlón.- -No me arregle para ti.-Le saque la lengua.-Nunca lo haría por ti. Lo hice por Patric.-La sonrisa abandono su rostro casi en el momento que mencione el nombre de Patric.- -¿Patric, es ese chico nuevo no?.-Asentí con suficiencia, desconocía que fuera tan conocido. pero vamos, era tan amable y dulce..-¿Por qué te arreglaste para alguien como ese?.-Soltó un gruñido entre dientes.- -En primera no te incumbe.-Rodé los ojos siendo obvia.-Pero si tanto quieres saber bien, me gusta Patric.-El ceño de Liam se hizo profundo. Sus ojos brillaron en odio y fastidio.- -Con que te gusta.-Mis mejillas ardieron un poco al decir eso en voz alta.-No es bueno, no te ilusiones Emma.-Hablo y resople con fuerza.- -Por dios, Liam, ¿acaso estas celoso?.-Levante una ceja. No fue necesario una respuesta, cuando el pequeño sonrojo hizo presencia en sus mejillas.- -¡Claro que no estoy celoso! -Grito con evidente molestia.-Solo te advierto, pero cuando te rompa el corazón no vengas llorando.-Fruncí el ceño, pequeño tonto.- -No me romperá el corazón, Patric es el chico perfecto jamás haría algo así para mi. Y en poco tiempo veras como seremos novios.-Vi a Liam apretar sus puños.- -¡Me llevare esto!-Grito tomando la bolsita de chocolates que era para Patric.- -¡Devuélvemelo, salvaje!-Grite y el estiro su mano hacia arriba.- Maldito titan. -Te los daré cuando seas mi novia.-Mis ojos se abrieron y grite un fuerte No.- -¡Jamás!-Chille y el se cruzo de brazos.- -Entonces me quedo con los chocolates, princesita.-Dijo dándose vuelta e ignorando mis reclamos. Liam se fue tomando camino, sepa quien sabe donde. (...) -¡Emma! pensé que no llegarías.-Patric había sonreído y me encogí de hombros, respire con fuerza.- -Yo soy muy puntual y cumplo a mis palabras.-Reí y era verdad. Siempre cumplía mi palabra, incluso había veranos en los que el salvaje del vecino me retaba y cumplía, o si que lo hacia. Pero mis retos eran aun peores que los de él. Pero en fin, no era momento de pensar en Liam, si tenia a Patric frente a mi. -Bien, tomemos asiento.-Asentí y nos sentamos en la banca, la cual estaba a poco de un árbol en un pequeña colina. La suave brisa de la primavera era reconfortante.-Esto es para ti Emma.-Dijo dándome una cajita, no dudaba de que eran chocolates.- -Gracias.-Sonreí y me sentí mal de repente.-Perdón por no darte nada, es que el salvaje de mi vecino robo los chocolates que eran para ti.-Sin evitarlo había abultado mis mejillas en un puchero.- Patric me miro extrañado y negó. -No importa, siempre podemos compartir los que te di.-Asentí. Comimos de los chocolates, y debía decir que estaban amargos. Trate de simular mi mala cara.-Bien sobre lo que quería hablarte es lo siguiente;.-Su mano rozo con la mía, mi corazón volvió a estrellarse contra mi pecho.- "¡Es ahora o nunca Emma, vamos!" Me grite. -También me gustas Patric.-Confesé con ojos cerrados, sintiendo mi rostro arder. No me sentía con valor luego de tal confesión.- Me esperaba que él también respondiera lo mismo, puesto que su mano había acariciado mi mejilla de manera suave. Abrí mis ojos lentamente, Patric me miraba entre avergonzado y serio. -Emma...eres una chica linda, pero...tu no me gustas.-Esas palabras resonaron en mi cabeza, creía escucharlas lentamente.-La verdad es que me gusta Hanna.-Baje mi cabeza y asentí despacio. No sentiría desprecio por Hanna ni mucho menos, ya que ella no tenia la culpa.- ¿Pero por qué no evitaba sentirme mal?. -Entiendo...entonces...¿porqué querías hablar conmigo?.-Susurre aun sin levantar la cabeza. Mi corazón empezó a doler de a poco, hasta el dolor crecía sin parar.- -Quería que me presentaras a Hanna formalmente.-Dijo un tanto incomodo. La verdad es que desde que Patric llego nunca cruzo palabra alguna con Hanna. Y no es como que a Hanna le interesara hablar con él.- -Oh...claro lo haré.-Me obligue a levantar mi rostro y forcé una sonrisa ocultando todo el dolor que sentía en este momento.- -Bien, entonces me iré. Nos veremos luego.-Asentí y Patric se levanto para volver, no sabia donde, pero tampoco me importaba mucho ahora.- Me levante y me recosté contra el árbol, dejado escapar finas lagrimas. Sentía una melancolía muy grande en estos momentos y creo que nada podría animarme. Supongo que así era la primera ilusión...Dolorosa. -¿Estas llorando?.-Me espante y enjuague mis lagrimas con mis manos. Lo que me faltaba.- -N-No...-Dije en voz baja.- -Por Dios, Emma si estas llorando. No soy idiota como para no notarlo.-Liam estaba parado frente a mi.- -¿Qué quieres?.-Pregunte sin ánimos de hablar.- -Impedir que ese idiota se acerque a mi hermana.-Mire horrorizada a Liam.- -¿Que tanto escuchaste?.-Liam me miro.- -Todo.-Respondió sentándose a mi lado.- -¡Nos estabas espiando!-Grite y él asintió, ni siquiera lo ocultaba.- -Lo hice, es verdad.-Admitió por si mismo.- -¿Por qué lo hiciste?, ¿acaso no has escuchado de la privacidad?.-Fruncí un poco el ceño.- -Lo hice para cuidarte de ese tonto.-Lo mire extrañada.-Pero parece que llegue algo tarde. -¿Cuidarme?.-Pregunte incrédula.- -Si.-Suspiró.-Esto es tuyo.-Me entrego la bolsita de dulces que me había robado antes del recreo.- -Ya no la quiero, eran para Patric.-Respondí un poco dolida, Liam bufo.- -Escucha Emma, si ese tonto no se da cuenta de lo linda y dulce que eres entonces no merece la pena que te guste.-Mire sorprendida Liam.- -¿Piensas que soy dulce?.-Asintió bastante seguro .- -Si. Eres dulce y linda.-Repitió.-Cuando no estas enojada conmigo o quieres pegarme.-Su comentario me hizo reír.- -Tú te lo buscas.-Reñí. me quede quieta cuando acaricio mi mejilla.- -Tienes razón pero, prefiero que estés enojada y quieras pegarme a estar así, y por un tonto.-Arrugo su nariz.- No sabia que decir, por primera vez Liam estaba actuando...maduro. -Liam...-Lo llame y me miro.- -¿Qué?.-Volteo por completo su rostro. Sus ojos me miraban de manera extraña.- -Puedes quedarte con los chocolates.-Dije.-Solo porque no se los di a Patric.-Me cruce de brazos y él río.- -Ah, claro.-Rio.-No los había probado.-Levante una ceja.- -¿Porqué no?.-Pregunte.-Siendo sincera pensé que esos chocolates ya no existían.-Liam rodó los ojos.- -Quería compartirlos contigo.-Respondió.-Emma, me agradas.-Bien eso definitivamente me había tomado por sorpresa.- -Puede que suene loco, pero también me agradas, aun que seas un salvaje.-Liam tenia una sonrisa ahora en su rostro.- -Entonces se mi novia.-Mi rostro se había puesto de colores.- -¡No!-Chille y el río.- -¿¡Porque no!?-Reclamo.- -No eres mi príncipe perfecto.-El rostro de Liam se frunció.- -¡Eso es tonto!, ¡los príncipes perfectos no existen!-Me encogí de hombros.- -Entonces lo buscare yo misma.-Sonreí decidida.- -¿Y si no lo encuentras?.-Pregunto MUY interesado.- -Eso es imposible.-Reí.-Todo en esta vida es posible.-Sonreí.- -Y sino, ¿aceptaras ser mi novia?.-Dude un poco para finalmente asentir.- -Sí.-Respondí.-PERO si no encuentro a mi príncipe perfecto, seré tu novia Liam.-Rodé los ojos, estaba claro que eso jamás sucedería.- -¿Tenemos un trato?.-Estiró su mano para estrecharla con mía.- -Trato.-Acepte su mano y sellamos el trato. Sabia que seria imposible no encontrar a mi príncipe, sabia que estaba por ahí. Quizás lo encontraría al crecer. Porque, yo Jamás seria novia de un salvaje como Liam.
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