HISTORIA
El reino mágico de Topaz, el reino más poderoso del mundo, en el habitan extraordinarias criaturas que hacen uso de la magia para mantener el equilibrio en la tierra.
Hace quinientos años existían nueve reinos, luego de la gran guerra se unificaron y crearon el reino unido de Topaz, un lugar donde habitan mágicos, elfos, hechiceros, vampiros, trolls, lobos, ciclopes, hadas y sirenas.
El primer reino es de los mágicos, creados por la diosa de las gemas con magia pura, los mágicos se alzan entre las razas más poderosas del mundo.
Sus nobles nacen con una gema incrustada en su cuerpo que les brinda más poder y agilidad a la hora de usar la magia. Su apariencia es igual a la de un humano, sus ojos suelen tener colores llamativos.
Al ser una r**a con una gran conexión con la magia y las gemas celestiales al año se presentan hasta dos prodigios portadores de dragones en su gente.
El segundo reino le pertenece a los elfos, descendientes de la diosa de la naturaleza, su magia está a la par con la de los mágicos, también poseen poderes de control mental y magia de curación.
Su gente se caracteriza por ser muy hermosa y orgullosa, pero que la apariencia no engañe, por dentro son muy bondadosos y amables. Al año se presenta al menos un prodigio entre sus habitantes.
En el tercer reino habitan los hechiceros, seres que fueron creados por la r**a de los mágicos hace miles de años. Su habitantes don muy inteligentes y se especializan en hacer pósimas mágicas, son muy buenos consejeros y algo avariciosos. Rara vez se presentan prodigios en su r**a.
En el cuarto reino está el reino de los vampiros, seres inmortales descendientes de ángeles caídos, a diferencia de los otros reinos no son gobernados por un rey sino por un conde, esto gracias a que su líder dice que “conde” suena más estético.
Son seres sumamente elegantes, que poseen fuerza y velocidad sobre humana, además de su gran belleza. Su principal fuente de alimento es la sangre humana, pero se pueden alimentar de otras cosas. Se les conoce por ser muy afectivos y delicados.
El quinto reino es gobernado por los trolls, poseedores de una gran fuerza que los hace cargar hasta dos caballos a la vez, no tienen magia y tampoco son muy inteligentes, su gente se dedica a la ganadería y agricultura.
Son algo peleoneros y siempre molestan a los vampiros por ser “delicados” como una mujer.
El sexto lugar lo tiene la manada de los lobos, hijos de la luna que viven en la tierra siendo hombres que se transforman en lobos.En su reino las familias viven en manadas, los alfas y betas son responsables de la protección y bienestar de las castas más bajas como los omegas y los gammas.
El alfa mayor es quien los gobierna y trae orden a cada manada siendo acompañado por la luna, un o una omega escogido por la luna para guiar a la manada. Los lobos a diferencia de otras razas eligen a su pareja por instinto de su parte animal, les llaman “parejas destinas”.
El séptimo reino es de los ciclopes, descendientes de gigantes con un solo ojo, los ciclopes son muy buenos en las manualidades, sus armas son las mejores de todo el lugar, se dice que en un tiempo antiguo les sirvieron a los dioses como sus constructores, herreros y artesanos. Viven en lo más alto de las montañas y rara vez se les ve en tierra firme.
En el octavo reino gobiernan las hadas, su magia a diferencia de las otras razas es muy débil, se dedicana la creación de prendas mágicas, su gente se caracteriza por tener alas y un carácter del demonio cuando se enojan.
El último lugar lo tiene el reino de las sirenas, hermosas criaturas mitad pez que tienen poder sobre el agua, viven en el mar de cristal y pueden hablar con los peces y animales marinos.
Y así todos los reinos y razas vivían en paz, ayudándose unos a otros y manteniendo el equilibrio mágico, pero como toda historia un felices por siempre se les hizo muy lejano…
*AÑO 576 (COMIENZO DE LA GRAN GUERRA DE MAGIA)
El rey de los mágicos, un hombre cruel y avaro sediento de poder le declaró la guerra al rey de los elfos para ver cuál de las dos razas era la más poderosa. El rey de los elfos, un tipo avaricioso que quería el poder de las gemas celestiales, aceptó.
Muchas personas intentaron impedir que el rey declarara la guerra, entre ellas estaba la princesa de los mágicos e hija del rey, todos murieron y la princesa a pesar de ser una prodigio su poder al nivel de las cinco gemas juntas.
– perderás, yo... me encargaré... de matarte – una patada fue directo a su estómago tumbandola de nuevo al piso. Soltó un quejido y escupió la sangre de su boca mirando con odio a su padre.
El hombre frente a ella rió de forma socarrona y se agachó a su altura mirando a la princesa con diversión.
– te pareces tanto a tu madre, por eso no te voy a matar – la princesa lo miró con asco y le escupió la cara.
– preferiría morir antes de convertirme en tu puta, enfermo – se ahogó un quejido de dolor cuando el rey la tomó del pelo y la levantó de forma brusca.
La chica soltó un gemido de dolor y trató de levantarse, pero una patada en su cara la tiró de regreso al suelo.
– que así sea – susurró cerca de su oído. El corazón de la princesa paró cuando escuchó un click y pronto toda su magia se bloqueó.
Negándose a mirar sus muñecas sus ojos se llenaron de lágrimas, pero se negó a llorar delante del Rey.
– esposas anti magia, muy útiles – se alejó de la chica que aún seguía estupefacta sin poder bajar su mirada hacia sus muñecas – Maten al dragón – le ordenó a los guardias que estaban en la puerta observando todo – y cuidado que es muy peligroso.
Los guardias asintieron y salieron de la habitación antes de darle una última mirada de tristeza a la princesa que se encontraba con la mirada oscurecida mirando en sus muñecas las esposas anti magia.
*AÑO 577 (LA GRAN ALIANZA)
Era un momento de desesperación total, la r**a de las hadas al ser la más débil ya estaba casi extinta, los mágicos luchaban por el primer lugar con los elfos, los trolls se unieron con los ciclopes y vampiros para cuidar de sus niños y ancianos, los lobos se unieron después olvidando sus problemas con los vampiros, su principal preocupación eran sus omegas y cachorros, las sirenas se refugiaron en lo más profundo del mar huyendo de las explosiones y el fuego de los dragones.
Poco después los trolls se unieron junto con lo que quedaba de la r**a de las hadas, todos tenían un objetivo en común, acabar con la gran guerra.
Los hechiceros dieron la idea de buscar aliados en el reino de los mágicos, su pueblo era menos soberbio que el de los elfos y cedían más rápido ante la mínima muestra de razonamiento en las palabras.
Todos estuvieron de acuerdo, a esas alturas del partido su mayor preocupación era acabar con la gran guerra que afectaba tanto a su gente, la comida ya escaseaba y las sirenas que eran las que la suministraban agua potable a los reinos se habían refugiado muy lejos.
Si fallaban morían todos.
Fueron días de planificación, tal y como lo predijeron los hechiceros los mágicos habían cedido a ayudar, su gente también se estaba viendo afectada y los días de buena comida estaban contados.
Los mágicos se encargaron de hablar con los elfos y convencerlos que esa guerra lo único que dejaba era llanto, dolor y muerte, estos aceptaron muy a regañadientes, eran unos seres de mucho orgullo, pero también se preocupaban por su gente y sabían que su líder estaba pecando contra sus dioses.
Todos se aliaron para detener a los elfos y mágicos que tenían a su mundo al borde de la completa destrucción.
*Año 578 (UN DÍA ANTES DE LA BATALLA FINAL)
Se escabulló entre los guardias de aquella prisión utilizando sus poderes de control mental para pasar por desapercibido, alertar al reino de los mágicos sería una gran estupidez.
Se deslizó por las sobras hasta que llegó a las últimas celdas donde estaban los prisioneros más peligrosos del reino. Se asomó por todas las puertas buscando a una prisionera en específico.
Abrió la última puerta y la vio a ella, la princesa de los mágicos, sentada en una esquina protegiendose a sí misma de cualquier cosa, las esposas en sus muñecas brillaron llamando su atención.
– ¿Topacio? – se acercó con sigilo con una mano en su espada. La princesa levantó su rostro y casi lloró cuando vio al príncipe de los elfos parado frente a ella.
– por favor dime que perdimos y que vienes a matarme – utilizó un tono neutro. El príncipe elfo hizo una mueca y se acercó a ella revisando los moratones en su cuerpo.
Los ojos verdes de la chica lo miraron con confusión cuando comenzó a usar sus poderes de sanación con ella. A pesar que la princesa de los mágicos y el príncipe de los elfos nunca se llevaron bien ambos no pudieron evitar sentirse felices por ver al otro con vida.
– ¿mejor? – la princesa asintió y se levantó del suelo moviendo sus articulaciones.
– tengo que quitarme estas – mostró sus muñecas y el príncipe asintió en acuerdo – hace mucho que no siento mi magia, será muy difícil.
– ¿Qué fue lo que pasó? – preguntó refiriéndose a su repentina desaparición.
– me atacó antes de que pudiera utilizar mi magia y después me colocó estás esposas para que no sanara y mi Ayla... Ella...
– al parecer el rey gema no es más que un cobarde... – escupió con asco – y tu dragona sigue viva – la princesa levantó su mirada sorprendida.
– ¿cómo...? él la mandó a matar.
– uno de los guardias la liberó antes y ella huyó, lástima que no tuvo la misma suerte que la dragona – explicó con suma elegancia arreglando la capa sobre su cabeza procurando que no se vieran sus puntiagudas orejas.
– sé que tienes un plan, sino no estarías aquí – el chico asintió enderezando su postura – te escucho.
– verás...
Los ojos de la princesa brillaron y un destello de magia se vio en ellos. A lo lejos un gran dragón rugió asustando a las aves que estaban a su alrededor.
– la gran bestia ha despertado – le avisó uno de los hechiceros al conde que estaba parado frente a la ventana viendo la luna.
– qué hermosa es la luna, ahora entiendo por qué los lobos la adoran con tanto orgullo – comentó de forma distraída – muchos de nosotros morirá mañana ¿crees que los dioses nos permita reencarnar? – miró al hechicero con duda.
– tal vez nos permitan estar con ellos en el lugar sagrado – respondió con la sabiduría con la que se caracteriza a los hechiceros. El conde hizo un mojin decepcionado y se encorbó.
– qué aburrido – se quejó. El hechicero torció los ojos hastiado dio la vuelta comenzando a caminar al gran salón.
Cuando llegaron al lugar la mirada de todos se enfocó en ellos, el conde tragó grueso, tomó una última bocanada de aire y se subió al gran auditorio mirando a todos los presentes.
– el día de mañana la tierra se bañará en nuestra sangre y la de nuestros enemigos, no les voy a prometer una victoria porque al igual que ustedes no sé que nos deparará el destino, pero les puedo prometer una caída digna y si ganamos beberemos en honor a los caídos.
– ¡sí! – gritaron todos.
– ¡el día de mañana seremos libres!
El auditorio pronto se llenó de gritos y exclamaciones de guerra. El conde suspiró levantando su puño en alto.
Mañana sería el gran día.
*Año 578 (LA GRAN GUERRA DE MAGIA)
La gran batalla comenzó, los estallidos de magia resonaban por todo el reino, grifos y dragones volando en el gran cielo, escupiendo fuego. Los trolls, lobos, hadas, ciclopes, hechiceros y vampiros eran liderados por el gran conde vampiro Sama’el Nightfull.
Los gritos de agonía se escuchaban por todos los lados, los hechizos eran cada vez más poderosos y letales, los trolls que más resistencia tenían a los hechizos mágicos estaban retrocediendo buscando refugio para cubrirse de los hechizos y luego salir a pelear otra vez.
La vista era desoladora, cadáveres por doquier, el olor a sangre y muerte cubría el ambiente.
El cuerpo del conde dolía a horrores y tardaba cada vez más en sanar de cortadas o ataques mágicos de los que lo alcanzaba a escapar por completo, agradecía mucho su velocidad de vampiro y esa pósima de sanación que habían hecho los hechiceros en compañía de los elfos.
Las espadas en sus manos goteaban con sangre de un mágico al que le había atravesado el pecho y solo para asegurarse le cortó la cabeza, porque vamos, estaba en una guerra no se podía confiar de nada ni nadie.
Trataba de suprimir el miedo lo mejor posible, si dudaba moría, si se distraía moría, si bajaba la guardia moría a estas alturas solo estaba esperando encontrarse con algún prodigio que le quitara la vida.
– ¡señor, estamos perdiendo! – informó uno de sus sirvientes cuando llegó a su lado.
– sí, ya me di cuenta – suspiró tronando su espalda – aún tenemos mucho por…
Una explosión mandó a volar a ambos, tomó el cuerpo del chico en el aire y lo cubrió con su cuerpo recibiendo él todo el impacto, era un vampiro antiguo así que sanaba más rápido, lástima que eso no hacía que no le doliera.
– ¿estás bien? – le preguntó al chico en sus brazos. El chico asintió sin poder articular una palabra, los vampiros jóvenes eran muy sentimentales y tendían a asustarse con cualquier cosa.
Las explosiones siguieron llegando con más frecuencia, los mágicos se habían pasado de bando y ahora atacaban a los elfos y ayudaban a sanar a los heridos, frunció su ceño confundido y eso vio un destello de luz verde golpear a cientos de elfos, pronto una chica de armadura con gemas verdes apareció en la batalla matando a muchos elfos de forma sangrienta.
Soltó un suspiro de alivio y alegría al ver a la princesa con vida, miró hacia el cielo y abrió sus ojos cuando vio a los dos dragones pelear de forma agresiva, eran los dragones de la princesa de los mágicos y rey de los elfos.
¿ese dragón no había muerto cuando capturaron a la princesa?
Se levantó con rapidez dejando al chico sentado en el suelo ordenándole esconderse y amenazándolo con ir al infierno y matarlo de nuevo si moría, corrió con rapidez matando a algunos elfos que intentaron abordarlo hasta que llegó donde estaba peleando la princesa con varios elfos a la vez.
Sonrió a medio lado y se unió a la pelea cortando y apuñalando de forma sangrienta, la princesa hizo un circulo de magia y pronto varios relámpagos cayeron del cielo sobre los elfos.
– ¿Cómo ha estado su majestad? – dice el conde haciendo una reverencia respetuosa. La princesa bufa y golpea su cabeza haciéndolo reír por lo bajo – casi no llega.
– esas malditas esposas anti magia fueron difíciles de quitar – frotó sus muñecas con molestia.
– ¿y su majestad el rey? – pregunta con tono curioso.
– morirá desangrado en cualquier momento – escupe con asco – las gemas sólo le responden a su verdadera dueña y esa soy yo.
– información valiosa que le jugó en contra al rey – la princesa asintió limpiando su espada con un pañuelo que le tendió el conde.
– nada más falta de Ayla mate a ese estúpido dragón para poder guiar a las tropas al castillo del rey Mabrung, Alukar ya debe de estar en posición.
– quien lo diría después de quererse matar todo el tiempo ahora están trabajando juntos para acabar con esta guerra – responde con suma elegancia, típica de un conde vampiro. La princesa bufó y se encogió de hombros – ¿consiguió las… – la chica muestra su brazalete, en el brilla una gema verde de forma orgullosa. El conde abre su boca impresionado y se acerca para ojearlo mejor – nunca pensé volver a ver una gema celestial con mis propios ojos – sus ojos rojos brillaron de emoción.
– el topacio de la verdad – relamió sus labios mirando hacia el campo de batalla – la última gema celestial que queda – el conde frunció su ceño confundido – a situaciones desesperadas medidas desesperadas.
– es una pena – la princesa se encogió de hombros.
– sólo eran una fuente de desgracias.
El conde asintió acomodando el chaleco de su traje, provocado que la princesa la mirara con una levantada – para un conde es muy importante verse bien, aunque tal vez vaya a morir.
– lo que digas...
Un gran estruendo de escucho seguido de un poderoso rugido, la princesa sonrió orgullosa al ver que dragona ganó la pelea. Los elfos empezaron a retroceder hacia el castillo para proteger a su rey, pero una gran barrera mágica se los impidió.
– es tiempo.
La última pelea se acercaba y con ella la verdad definitiva de quien gobernaría a los nueve reinos.
*Año 1078 (ACTUALIDAD)
– y así es como la princesa Topacio junto con los ocho reinos llegaron a un acuerdo con los elfos y unificaron llamándolo reino unido de Topaz en su honor por haber terminado con la gran guerra – terminó de narrar la chica de dieciocho años a su hermana menor de seis añitos. Cerró el libro en sus manos asustando un poco a la pequeña princesa frente a ella.
– ¡waaau! La princesa y el conde vampiro eran muy geniales – exclamó saltando en su cama con emoción bajo la mirada llena de cariño de su hermana mayor – quiero ser como ella de grande.
– y lo serás – picó su nariz haciendo que riera – pero tienes que dormir para eso – la pequeña niña se quejó mientras su hermana la dejaba en la cama acostada – sin quejarse o no te leeré más historias.
– ¡no es justo! – se quejó en un pequeño berrinche – ¿Por qué mami y papi no nos llevaron con ellos? – preguntó con un tierno puchero. La chica mayor suspiró y terminó de arroparla.
– porque fueron a hacer cosas de personas mayores, ya sabes cosas aburridas – la pequeña niña arrugó su naricita con disgusto haciendo que riera.
– no quiero ser adulto, Amatista. Quiero ser una niña por siempre.
– si te quedas como niña por siempre no podrás ser como la princesa Topacio – se burló.
– ¡no es justo! – pataleó haciendo reír a su hermana, pronto las dos se encontraban riendo – cuando... – bostezo – sea mayor ¿podré dormir más tarde?
– claro, podrás dormir a la hora que tu quieras – susurró besando la pequeña naricita de su hermana. La pequeña princesita cerró los ojos y su respiración se tranquilizó dando aviso a que ya se había quedado dormida.
La puerta de la habitación fue abierta de forma brusca, la princesa mayor activó un circulo de magia poniéndose de inmediato en guardia dispuesta a proteger a su pequeña hermana.
Soltó un suspiro de alivio cuando vio que era el hijo del general y desactivó el circulo de magia. Miró a su hermana mayor y suspiró al ver que no se había despertado con aquella entrada brusca.
– casi haces que me dé un infarto, joven Arthur – bromeó esperando que el chico le respondiera con algo gracioso, cosa que no llegó – ¿Qué pasó? – preguntó al ver la cara pálida del chico mestizo frente a ella.
– e-el rey y la reina...
Los ojos de la princesa mayor se llenaron de lágrimas negando sin poder creerlo.
El rey y la reina han muerto.