Punto de vista de Isabella
—Estoy estacionando el auto ahora—le dije a mi abogado, deslizándome suavemente hacia un lugar cerca del juzgado en el centro de Seattle— Estaré allí en diez minutos— Colgué mi teléfono y lo arrojé a la guantera de mi auto. Él me advirtió que no se permitían teléfonos con cámara en el juzgado. Sin embargo, había estado acechando mi teléfono, esperando ansiosamente tener noticias de Cristian.
No me había llamado desde que salió de mi suite el miércoles por la mañana temprano. Indra envió la documentación para nuestro contrato exclusivo, pero nada de él. No ayudó a mis pensamientos paranoicos que ella le estuviera golpeando, pero tenía que confiar en que él se comunicaría conmigo. Estaba pagando por su trabajo.
Caminando rápidamente, pasé por seguridad y me enco
