—Lo lamento, ¿si? No podía saber que esto iba a pasar tan pronto —susurró dolida Aly mientras observaba a su hermana que mantenía su cara pegada contra el frío mármol de la barra de la cocina donde ambas desayunaban.
La mayor tuvo que contarle a su hermanita la decisión que habían tomado con aquel Beta. Aly se marcharía a vivir con él y Cló se quedaría… simplemente sola. ¡Carajo, no le gustaba sentirse un estorbo, pero más detestaba estar sola!
— Lo entiendo Aly, en serio que sí — murmuró desde su patética posición. Ellas no olían los sentimientos ajenos como los lobos, pero no era muy difícil adivinar que la menor se encontraba triste.
— Vendré cada día a verte. Además podrás tener todas las orgías que quieras sin tener que pensar si estoy en casa o no — propuso con demasiado entusiasm
