Capitulo 2

1822 Words
—Muñeca—Sonrió a mi increíble amigo cuando lo veo atravesar el salón de mi casa una hora después. Lleva una camisa azul doblada en los codos, vaqueros y zapatos casuales. John sigue siendo John. Todo delgado, ojos y cabello oscuro. Además de estar felizmente casado con Andreas Sabattoli. Uno de los mejores amigos de Demetrious. Cualquiera pensaría que se conocerían por nosotros. Sin embargo, está muy lejos de la realidad. Ellos ya se conocían desde antes de reencontrarme con Demetrious. —¿Cómo estás? —Pregunto dándole un abrazo —Cansado, pero de pie—se mofa —¿Cómo sigue Pietro? —pregunto por uno de sus gemelos de tres años. Pietro había tenido un fuer resfriado —Está perfecto ahora. Lo deje con Andreas. —estas más tranquilo ahora que llegó de Palermo—afirmo más que pregunto. Asiente —Eva—llamo a Evangeline el ama llaves que siempre ha estado junto a Demetrious. A pesar de sus años seguía estando activa. Sin embargo, tenía una ayudante en la cocina llamada Nadia. Pero ella todavía llevaba la batuta del asunto. —Eva. Marcella está en la sala de televisión. Si me necesita que me busque en la piscina Ella asiente sonriendo a ambos —Ve sin cuidado. Les enviaré algo de tomar con Nadia. —Gracias—Le guiño. Dejamos el salón y buscamos sombra en los pequeños toldos que protegen los camastros frente a la piscina. Me dejó caer en uno y frente a mi amigo. Rehago el moño que llevo y paso mis manos por los vaqueros. —¿Cuéntame? —murmura —Qué te puedo contar—Comienzo— Le dije que quería operarme y se enojó. —¿Le explicaste? —¿Tu qué crees? —Resoplo—No me dejo explicarle que quería una mastopexia sin implantes— Gruño disgustada— ¿Tan malo es que quiera levantarme las tetas? Amo mis curvas, pero mis tetas desentonan John se ríe ante mis palabras —¡No te rías! —Lo siento muñeca, pero es que eres dramática—Le hago un gesto con el dedo Nadia llega en ese momento y deja algunos bocadillos y nuestras bebidas frías antes de volver a entrar a la casa. Nadia es una mujer algo mayor que yo. Alta, de cabello y ojos negros. Trabaja para ayudar a su esposo y tiene dos niños de la edad de Dylan. —Está noche pienso hacer que me escuche—le Comento —Hay algo más— Me mira detenidamente— Lo veo en tu cara —Odio que me conozcas tan bien—Murmuro ganando una risa—Dylan quiere un coche y Demetrious piensa lo mismo— Le cuento —Tú no estás de acuerdo—Comenta lo obvio —j***r John. Él chico apenas se acuerda de recoger sus cosas y hacer sus tareas ¿crees que podrá con la responsabilidad que conlleva tener un coche?—John mueve la cabeza lado a lado con gesto de comprensión —A ver muñeca. Entiendo tu punto—Suspira de manera dramática— Demetrious y Andreas han crecido con una posición de privilegio muy diferente a la nuestra—Asiento— Nuestras prioridades para un niño o joven en tu caso, son muy diferentes a las que ellos piensan —¿Te pasa? —cuestiono con curiosidad   —Totalmente—asiente y me siento aliviado—Pero creo que es normal. Todos fuimos criados de manera diferente y en eso, radica nuestras diferencias. Por eso es mejor buscar un punto de equilibrio donde ambos puedan comenzar a trabajar sin pasar por encima del otro —Comprendo Doctor Phil. Bromeó y este resoplar divertido Nos quedamos un rato más hablando de todo y nada hasta que John decide que es momento de irse. Nos despedimos con la promesa de reunirnos con mi cuñada Sofía para una noche de copas. Una vez mi amigo se ha marchado verifico que Luca haya terminado sus deberes. Marcella no tuvo actividades por ser su primer día así que está en su habitación jugando con algunos de sus juguetes. Dylan está por llegar de la práctica que normalmente termina a las seis. Uno de los chicos de seguridad es el encargado de buscarlo. —Huele muy bien—comento entrando a la cocina donde Eva y Nadia hacen la cena —Guiso de ternera con un toque mediterráneo. Ensalada de brócoli con queso feta y papas fritas Me acerco a la cacerola y el olor que evoca es delicioso. Asiento porque sé que a los chicos les gustan las papas fritas. —Nadia también hizo un flan de coco con leche condensada —¡Mi madre! —Cuchicheo con deleite— Nadia ¿Sabes que te adoro? —le guiño a la mujer que ríe —Me quieres más cuando hago postres—Farfulla —Sabes que tú y Eva son indispensables para mí —Bien. Pero ya me estoy yendo—Anuncia. Eva le asiente en respuesta. —Rick te llevará —Puede acercarme a la parada del autobús—Me mira negando—Siempre puedo tomar el transporte. —Se que nunca gano con este tema. Así que no discuto—Pongo los ojos en blanco. —Bien, pero no pierdo nada intentándolo. Salgo de la sala y me siento en el salón para hacer algo de trabajo. Reviso los posibles presupuestos que voy a presentarle a Demetrious junto al departamento de Marketing. Si conseguimos está cuenta Demetrious será feliz. Anhela esa cuenta. El sonido de la puerta principal me distrae un momento. Dylan entra y al verme sonríe encantado —Vaya. Te fue muy bien hoy ¿no? —Me mofo Este se acerca a mí y me da un beso en la mejilla —Aquí está la mamá más hermosa que hay—murmura y se sienta a mi lado. Me rodea con su brazo. —Y tú eres el joven más zalamero que conozco— Afirmó sonriendo— ¿Que tal la práctica? —Excelente—Responde entusiasmado—El entrenador me dijo que si continuo así podré jugar toda la temporada. Mamá. Podría verme algún reclutador ¿te imaginas? Asiento feliz por el Demetrious y yo podemos costear la educación de Dylan, pero él quiere ser reclutado por su talento en el fútbol. Al principio no entendí porque quería eso, pero después me di cuenta que debe ser fantástico que lo busqué por su talento. Demetrious me había dicho que en caso de que Dylan consiguiera ser seleccionado por algún reclutador el se encargaría de pagar la universidad sin problemas y el dinero de su beca podría darle la oportunidad a otro joven que lo necesitará. —Mamá. En cuatro semanas es el Homecoming —Dice refiriéndose a la semana donde la escuela prepara una serie de actividades, además en esa misma semana se juega el primer partido de fútbol de la temporada y finaliza con el baile de bienvenida —Bien. Tendré tu traje listo— Comento, pero se lo que quiere —Puedo tener prestado el Bugatti de papá para el baile—Suspiro al escucharlo ¿El deportivo de Demetrious?  Ni de coña —Dylan hijo. Rick puede llevarte —Mamá. Quiero llevar a mi cita en ese coche ya que no tengo uno propio— ¡Y dale! Me mira con expresión a medio morir ¿Será que Demetrious tiene razón y exagero? Resoplo —Si le preguntas a tu padre y él te lo presta no me opondré—digo al fin —Gracias, mamá—Me abraza y deja besos e mi mejilla  —Tengo una sola condición—Asevero —La que sea —No tomarás alcohol —Hace un gesto incrédulo—No soy estúpida Dylan. Yo también fui a esos bailes y sé que el alcohol se mueve de manera clandestina. Promete que no Tomarás —Lo prometo— dice de manera solemne —Si no cumples tu promesa yo te prometo a ti que irás al baile de fin de curso en triciclo y eso sí te dejo ir Su rostro se pone blanco y la incredulidad en el rostro de mi hijo es divertida. —No te voy a fallar—deja otro beso en mi mejilla —Te quiero—comienza a hacerme cosquillas —¡Dylan! —chillo, pero mi hijo no me da tregua —Hijo vas a hacer que tú mamá se haga encima La voz de Demetrious se escucha en el salón. Dylan se aparta y yo me incorporo resoplando, tratando de coger aire. —Venga papá que bueno que llegas. Quiero pedirte algo Demetrious lo mira antes de dejar suavemente su maletín en el piso —Miedo me da lo que me tengas que pedir  —Papá ¿Puedo tener tu Bugatti para el baile de bienvenida? —¿Mi deportivo? —Niega. Demetrious adora su coche—¡j***r Dylan! pídeme otra cosa, pero mi coche no Me río ante la mirada de espanto que tiene Demetrious. Me mira en busca de alguna negativa y solo me encojo de hombros. Me aterra que conduzca, pero sé que es una noche especial. Resopla. —Dylan Johnson. Si descubro algún rayón en mi coche te las verás conmigo —asevera después de unos segundos—Los quiero a ambos en una sola pieza —Dylan se pone de pie rápido y corre a abrazar a Demetrious —¡j***r papá! lo voy a cuidar —Esa boca —Lo reprendo. Asiente como loco —Me preocupas más tú. Muchacho obstinado— murmura— Promete que no vas a consumir —Alcohol—lo corta este—Lo juro papá, no voy a tomar ni una gota de alcohol y conduciré con precaución. Demetrious lo rodea con un brazo y con la otra desordena su cabello —Ve a llevar tus cosas a la habitación. Lávate y baja con tus hermanos a cenar —le dice soltando. Dylan se va feliz dejándonos solos a mi esposo y a mí. —¿Que te hizo decirle que sí? Pregunta sentándose a mi lado. Se afloja la corbata y se inclina hasta estar cerca de mi rostro —Me di cuenta de que debo ceder un poco de vez en cuando —Pero ¿Mi auto? —Ríe entre dientes— Sabes lo que amo ese coche —¿Más que a mí? —pregunto fingiendo indignación —A ti te amo más que nada, pero ese coche es como un cuarto hijo—me río —Eres tonto Demetrious Johnson. Ven— me pongo de pie—Vamos a cenar y después podemos dar un paseo en tu deportivo —Me gusta como piensas —Lo sé cariño—le guiño—Lo sé. Sin embargo, estoy segura que no le va a gustar más tarde cuando retome el tema de mi operación.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD