Miro alrededor de la sala de interrogatorio y me encuentro con la mirada oscura del sargento Torres. Esta mañana me llamaron de la estación de policía para que rindiera una declaración ya que, gracias a Frida, estos se enteraron que Strom tenía un interés en mi más allá de lo profesional. Maldita perra. —Ya le dije que mi relación con el señor Hoffman era profesional. —La señora Backer nos contó el interés romántico que este tenía en usted—insiste el jodio. —A ver si entiende lo que le voy a decir— gruño—Strom me estaba acosando. En repetidas ocasiones le deje claro no estaba interesada. El hombre sentado frente a mí se pone de pie. —¿Se canso de ser acosada y por eso lo mato? Me rio. ¡Este tipo es imbécil! —No tiene pruebas de eso— Espeta Thompson, mi abogado sentado junto