Golpe bajo Madrugo para no tener que aguantar a mis amigas con su pesadez. Organizo el vídeo beam para la charla y hoy habrá una rutina de ejercicio así que proporcionaremos hidratación y un pequeño paño para secarse más manos y el rostro así que empiezo a organizar los combos para que sea más fácil repartirlos. Son cerca de sesenta personas. Escucho una tosecita a mi espalda y cuando volteó era Diego: —¡Buen día Doctora! Te traje un café bien cargado. Y de una vez aprovecho para preguntarle ¿Cómo amaneció? —Sonreí con lentitud y le respondí: —Estupenda, muchas gracias por el café, de verdad me estaba haciendo falta. Y usted ¿Cómo amaneció? —Vi que observó a todos lados como buscando a alguien y mencionó: —Casi no pude dormir, intentaba imaginar tus labios besando los míos. —Por poqu