Una decisión muy arriesgada. Hoy hemos decidido irnos las tres al trabajo. Hicimos la respectiva parada en la cafetería por el desayuno. Con normalidad llegamos unos minutos antes de que inicie la jornada, de esa forma ya estamos listos a la hora de oficina. Estaba haciendo más frío del normal así que me vestí con un jeans azul, una camisa rosada y un blazer n***o. El cabello lo dejé suelto y adicione una bufanda rosada a mi cuello para conservar el calor. En uno de los paseos por el mercado artesanal de la ciudad las había visto y no había podido evitar comprarlas. Me recordaban a mi mamá de hace muchos años, con su cuerpo esbelto, tacones, falda y sus infaltables bufandas. Entré con malicia a mi oficina, encendí la linterna de mi celular y empecé a alumbrar por todos lados par