Era incómodo estar con el faraón, realmente no tenía mucho tema para hablar con él y en ese momento se me venía a la mente lo que había dicho días atrás sobre salir solo con él.
Una vez que estaba aquí, pensé que mi vida iba ser bastante tranquila por considerarme una persona de bajo perfil, pero no... Tenía que tener esa maldita particularidad en mis ojos, para arruinarme toda la vida y no solo eso, también correr con la mala suerte de tener un padre bastante ambicioso.
Reconozco también un poco mi culpa por arriesgarme tanto. Pero enterarme de que estaba en Egipto, la civilización que siempre me había encantado, me emocionó. Pero obviamente debía reconocer que la vida no era nada fácil aquí y lo estaba viviendo en carne propia, porque a pesar de que vivía en un palacio... Tenía mis tem
