Scott sabía que su hermano hacía lo que fuera por el club, pero aquello era demasiado jamás se imaginó que sería capaz de llegar aquellos extremos, estaba totalmente ciego por seguir hasta ese punto la ideología que ellos tenían.
–Sería la pena capital para ti, Tommy. - Habló Scott con tristeza. - Yo no tengo antecedentes, como mucho me caerían de 20 a 30 años por matar a alguien accidentalmente en una pelea. Si llegan a saber que fuiste tú, que no le diste a él ni siquiera una oportunidad de defenderse, y con todas las veces que te dio por amenazarlo, las cartas de advertencia que le has enviado, el fiscal acabaría contigo y lo sabes. – Suspiró con cansancio por toda la frustración que llevaba encima. –Así que no me vengas con que esto lo hice para ganar puntos con el club o con papá, esto lo hice por ti, porque eres mi hermano y que sepas que tampoco imaginaba que ese hombre decidiera no denunciarme, me ha pillado de sorpresa tanto como a ti.
Thomas no tuvo otra opción que aceptar lo que decía su hermano. Aunque no le gustaba para nada la idea porque sabía que Scott era el favorito de su tío y de su padre y ahora con esto sería aún más.
Scott vio a su hermano subir a su moto y marcharse, después miró hacia atrás a la casa de su madre y pensó en Jamie, esperaba que su hermanito no se enterará de nada, no podría soportar ver a Jamie decepcionado con él. Bajó la cabeza y se fue al granero, tenía muchas cosas en la que pensar, sobre todo en que pretendía el reverendo con hacerlo trabajar para su comunidad o como reaccionaría su padre a eso.
..
El reverendo estaba sentado en el sillón de su habitación, ya todo estaba a oscuras. Después de la decisión que había tomado se encerró en su habitación durante todo el resto del día sólo había salido de allí para cenar con sus hijos. No tenía fuerzas para nada y en el aquel momento pensar en un futuro le partía el corazón, pero tenía que hacer un esfuerzo por sus hijos, ellos también estaban sufriendo por perder a su hermano, así que no podía ser un egoísta y ahogarse en su dolor como si nadie más dependiera de él.
Estaba perdido en sus pensamientos mirando el retrato de su fallecida esposa cuando escucho que tocaban la puerta, no contestó, pero la escuchó abrirse. Alice se sentó en el suelo delante de él y le quitó los zapatos.
–El lunes el hijastro de Mike empezará a realizar trabajos voluntarios en el centro y puede que también en la iglesia. – Avisó Isaiah a su hija.
–Fue él verdad? –El reverendo abrió mucho los ojos sorprendidos y pudo ver la mirada triste de su hija, era exactamente como su madre, imposible ocultar algo de ella.
–¿No estás enojada porque no lo he denunciado?
–Toda mi vida he estado aprendiendo de ti, siguiendo tus caminos y tus decisiones, no lo hice porque seas mi padre y esta mi obligación natural, hacerte caso, lo hice porque te admiro, porque me siento orgullosa de ti y deseo con todas mis fuerzas algún día ser la mitad de la persona increíble y buena que eres tú y que alguna vez fue Wallace. –Hablaba Alice mientras agarraba las manos de su padre para tranquilizarlo y hacerlo sentir que ella estaba bien con su decisión. –No soy quién para cuestionar tus decisiones papá, y mucho menos en este momento. Decidas lo que decidas estaré aquí para apoyarte. – Lo miró a los ojos con la mirada llena de amor y cariño. Isaiah no podía estar más agradecido con su pequeña. Había logrado lo que muchos padres deseaban tener el mundo, ganarse el respeto de sus hijos sin tener que imponer absolutamente nada.
Sus ojos se humedecieron con las palabras de Alice y ya no pudo aguantar las ganas de llorar. Su hija lo abrazó y más tristeza le dio en pensar que siempre era él que la cogía en sus brazos para llorar en su hombro y hoy era ella la que estaba cuidando a su padre.
-No fue él, Alice. - Habló el reverendo y su hija levanto la cabeza rápidamente para mirarlo. - No sé qué participación tuvo Scott Hoffman en la muerte de tu hermano, pero sé que él no fue su verdugo. Cuando él confesó pude ver en sus ojos tres cosas hija.
- ¿Y qué es lo que has visto papá?
-Determinación, Resignación y…Sacrificio. - Agarro el rostro de su hija con las dos manos para mirarla bien a los ojos y dijo. - No pienso permitir que ese chico vaya la cárcel, mientras el asesino de mi hijo sigue en libertad. Así que lo quiero tener lo más cerca posible. A través de Scott llegaremos a la verdad.
–También le estas dando una oportunidad. - Y no fue una pregunta porque sabía perfectamente que era cierto.- Te apoyaré papá, y sí descubriremos la verdad de lo que realmente pasó con Wallace
Pero lo que Alice Johnson no sabía es que mucho antes de encontrar la verdad en Scott Hoffmann encontraría una gran amistad y un inmenso amor.
Scott despertó temprano aquel lunes algo era totalmente nuevo para él. Se vistió con lo primero que encontró en aquella habitación improvisada que había sobre el granero, se metió al cuarto de baño y se miró en el espejo. No había salido de casa desde hacía tres días después de asumir la culpa por la muerte de Wallace, ni siquiera se había atrevido ir al club porque no quería que su hermano viera eso como un intento de llevarse la gloria. Era mejor estar solo y prepararse para lo que vendría a seguir. Hasta le daba risa imaginar la reacción de las personas cuando lo vieran llegar al guetto. Sabía que no sería bien recibido y tampoco lo importaba quién sabe así lo expulsaban de allí, se rio para sí mismo sólo de pensarlo, sería un gran favor.
Mike le había avisado que no pasaría nada con él que el reverendo había asumido total responsabilidad sobre su bien estar, como si eso le importará.
Se puso su chaqueta se subió a su moto y se dirigió a UNITED BROTHERS, un centro de ayuda creado por el antiguo senador Elijah Johnson, padre del reverendo Johnson. Era un centro creado para ayudar a los a sacar a los chicos de la marginalidad, pero también ayudaban a madres solteras a conseguir trabajo, viviendas, alimentación y hasta tenían una guardería para cuidar a niños que sus madres necesitaban trabajar, pero no tenían a nadie para cuidar los pequeños. También ayudaban con recogida de ropas y alimentos que eran repartidos a varios países de América Latina, el continente africano y hasta llegaban a países en guerras. La familia Johnson que había utilizado todo su poder político en pról. de ayudar a los demás.
Cuando se paró delante del centro con su Harley Davidson Dyna en la entrada del centro acaparó todas las miradas. Llevaba su cabello rubio recogido en un moño,
, vaqueros negros, camiseta negra y su chupa de cuero que tenía bordado detrás el nombre del club de moteros “CAIN`S DISCIPLES”.
-¡Llegas tarde proyecto de Ragnar¡- Scott se giró para ver de quien era la vocecita que le hablaba llena de autoridad.
-¿DISCULPA!- Y esa pregunta sonó a un “ ¿y tú quien coño te crees que eres?” pero aquella enana no se dejó amedrentar por el gigante de un metro noventa y contestó.
-Disculpado estás, pero que sea la última vez que llegas tarde. – La chica pasó por él mirando una carpeta que llevaba en la mano sin levantar la cabeza en ningún instante para mirarlo.
- Sólo me retrasé diez minutos sabes. -Habló Scott frustrado mirando su reloj.
Y entonces fue cuando la chica se giró para verlo y abrió bastante los ojos, lo había llamado Ragnar, pero estaba más para Thor, Thor de la película no el verdadero de la mitología que quede claro.
- ¿Scott verdad? -Preguntó ella. - Vamos a dejar las cosas claras, yo estaré a cargo de dividir tus tareas en este centro y enseñarte todo lo que sepa sobre nuestra dinámica para que seas realmente de utilidad para nosotros, así que eso significa que los diez minutos que acabas de perder yo también perdí. -Se giró y puso su lindo dedo índice en su pecho. – Y lo primero que debes saber sobre mí Ghost Rider de segunda es que yo no soporto perder mi tiempo. - Se giró para entrar al centro, pero de repente se volvió a dar la vuelta, lo miró de arriba abajo antes de entrar y dijo. – Por cierto, esa chupa no tiene permiso de entrada en mi centro.
Scott se quedó con la boca muy abierta pensando en ¿qué co**o había sido eso?
Pero sabía que protestar no le traería nada bueno, así que la siguió por todo el centro mientras ella daba mil y una instrucciones que claramente el no se molestó en guardar en la memoria y después lo hizo cambiar su ropa por un mono azul mas feo que uniforme de la cárcel con la excusa de que sería para cómodo para realizar los trabajos de limpieza.
Scott había terminado el día muerto de cansancio y con unas ganas enormes de matar a cierta enana que no le dejó respirar en las p***as ocho horas que estuvo en el p**o centro. Saber que sólo estaba empezando lo hacía hasta ver mas atractiva la idea de ir a la cárcel. Cualquier cosa parecía mejor que aguantar aquella enana enojona por a saber cuánto tiempo.
Y mucha razón tenía, durante las dos primeras semanas Alice no le dio ni un sólo minuto de descanso, hasta horas extras tuvo que hacer y cuando ponía tan siquiera una mirada de fastidio Alice se ocupaba de doblarle el trabajo. No lo hacía por fastidiar, era porque de verdad había mucho que hacer y aunque el centro era enorme y recibían muchas donaciones eso no significaba que el número de voluntarios era equivalente al tamaño del centro.
Ella disfrutaba trabajando allí y ahora también se hacía cargo del trabajo de Wallace y estaba encantada de seguir con los proyectos que había creado su hermano, hacer real cada uno de sus sueños era la mejor forma de mantener viva su memoria. También sabía que las personas suelen sentir cierto rechazo o antagonismo hacia aquello que desconocen y tal vez, pero sólo tal vez, este podría ser el caso de Scott Hoffman. Pero ella se certificaría de hacerlo ver que todos sus prejuicios eran infundados, estaba más que dispuesta a enseñarlo que no existía eso de una r**a por encima de otra, que en este mundo sólo existen seres humanos.