—¿Peter?— Samanta estira las mangas de su suéter al verlo parado en la puerta de su facultad. Sonríe extrañada. —hola hermosa, vine a buscarte— lleva sus manos a sus jeans incómodo. —¿A dónde iremos?— muerde su labio inferior. Estaba aprendiendo a querer a Peter de una manera u otra él le daba su espacio. —hay algo de lo que quiero hablar, pensé que podíamos ir a esa cafetería que tanto te gustó la otra vez— sube sus hombros. Ella asiente divertida. —suena bien, tengo hambre— bromea poniendo su mochila en el hombro. Los custodios que su hermano le puso la siguen de cerca, y anuncian a su jefe cuando ella se sube al auto de Peter Chevron. —¿Fue un día largo?— pregunta cuando ya están en camino al establecimiento. —fisica me cuesta mucho y es una materia que si o si la piden para