—franco— elian lo increpa en la cocina abriendo la heladera para tomar de la misma una lata de energizante. —señor— lo saluda con un pequeño movimiento de cabeza. —¿con que lo puedo ayudar?— lo mira fijamente. Elían se da media vuelta para tenerlo de frente, lleva su cabello atado en una especie de pequeño rodete que lo hace ver más temerario. Pero sus ojeras son notables en su rostro, al punto de verse incluso rosadas. —¿estas controlando la medicación de olivia?— cuestiona abriendo la lata para comenzar a consumir el contenido. Franco sonríe y asiente caminando hacía uno de los cajones de la blanca cocina en busca de una tablet, la misma que suele llevar siempre de lado a lado. Desbloquea la misma e ingresa a la sección que estaba buscando para mostrarle el seguimiento que se armo pa