Luego de empacar las cosas que necesitaría para su viaje, Park Ho alimentó a su hijo, almorzó y llevó todo a su auto, sentó al niño en su asiento, subió luego al suyo, se colocó el cinturón de seguridad, encendió el auto y se puso a conducir, nervioso, tratando de pensar en que nada saldría mal y que tendría una vida tranquila y feliz al lado de su amado. Al llegar al lugar donde esperaría a Yu-Chul, estacionó y se quedó viendo la hora cada cinco minutos.
Mientras tanto Yu-Chul se estaba arreglando para hacer creer a su padre que estaba dispuesto a casarse. Pero cuando todos lo esperaban en el altar armado en el patio de la enorme mansión, Sun Tae entró a la habitación donde él estaba.
- Es hora. –dijo el peli-negro.- no te preocupes por tus cosas, casi todo lo tiene Parkho.
Y
