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1085 Words
Capítulo 4 La actual verdad de su matrimonio. Esta misma noche Mateo había tenido un momento difícil con su esposa. Ambos habían discutido como ya era habitual que ellos hicieran desde hace unos meses, las cosas entre ambos se estaban poniendo cada vez más difíciles, por lo que cada momento en privado era una tortura para los dos. Su matrimonio había sido color de rosas para la pareja hasta que una infidelidad por parte de uno de ellos desencadenó que el otro ya no pudiera ver y reconocer a la persona con la que se casó, ya su amor se había terminado de un segundo al otro. Solo cuando estaban con compañía o iban de visita a la casa de los padres de algunos de ellos tenían un buen momento juntos, pues los dos actuaban como si todo estuviera bien, pero en realidad nada era lo que parecía entre ellos. Al menos no desde que paso. La gente podía decir que eran una hermosa pareja, pero desde que Mateo vio a su esposa en la cama con otro hombre, ya nada era lo mismo para él. Un día, hace unos meses, llegó a casa más temprano de lo habitual de la oficina, se extrañó al ver que los empleados no estaban por ningún lado. Suponiendo que su esposa estaba en casa, ya que no le había comentado que iba a salir, subió las escaleras para dirigirse a su habitación. Lo primero que escucho cuando se acercó a la puerta fueron unos gemidos, lo que lo puso en alerta en el momento, haciéndole pensar que ella estaba engañándolo; sin embargo, necesitaba estar seguro de que era ella. Una imagen vale más que mil palabras, con esa frase en mente abrió la puerta. Al hacerlo se encontró con lo que nunca esperó ver hasta ese ahora. Su esposa Estefanía estaba acostada en la cama mientras ese hombre al cual no conocía estaba sobre ella, haciéndole disfrutar de sus vaivenes entrando y saliendo de ella, mientras Estefanía soltaba ruidos que se escuchaban por toda la habitación. Había estado tan decepcionado al verla en plena acción con otro hombre que su corazón se rompió en ese momento. Dando todo de sí para mantenerse entero en esta situación, solo dijo su nombre, demostrando una frialdad, que no sentía en ese instante, porque ella lo estaba matando. Cuando ella escuchó su voz, volteó rápidamente la mirada hacia su esposo, encontrándolo en la puerta de su habitación, mirándola mientras lo engañaba. Histérica, por ser descubierta por su esposo en esa situación, empujo al hombre, el cual estaba sobre ella y no se había percatado de nada, todavía dándole estocadas, diciéndole que se fuera. Luego de una gran discusión que tuvieron después de que ese hombre se fuera dejándolos solos, Mateo decidió darse una oportunidad de perdonarla, por lo cual no se fue de la casa, ni le pidió el divorcio. Después de todo, ella hasta se humilló para que él no se fuera, arrodillándose en el suelo, pidiéndole que la perdonara. Le había prometido a ella que trataría de hacer lo posible para que arreglaran la relación, pero nada fue lo mismo entre ellos, aunque él en realidad lo intentó. Lo intento mucho; sin embargo, vivía peleando con ella desde ese momento y no porque él lo quisiera, sino porque ella lo veía distante y buscaba el conflicto entre ellos. Él estaba tan hastiado de todo lo que vivía en casa, que ya no quería intentarlo más. Los contantes mensajes para saber en donde estaba, a Mateo lo empezaban a agobiar y no entendía el porqué de la actitud de su esposa. Era como si él hubiera sido el infiel en la relación y no al revés. Ella actuaba celosa y hasta con un poco de toxicidad. En todo momento quería saber en donde estaba él y lo que estaba haciendo y cuando él decidía ya no contestarle más, ella se ponía como loca cuando él llegaba a la casa y le sacaba en cara, que él la ignoraba y que ya no la quería más. Incluso se atrevió a revisarle el teléfono en varias oportunidades para ver si estaba teniendo una relación con otra mujer, pues ella no comprendía el porqué su esposo la ignoraba, el porqué era tan frío con ella y ya ni siquiera la tocaba. Lamentablemente, ella no entendía que ella era la culpable al engañarlo cuando todo entre ellos estaba bien. No habían discutido nunca antes de su infidelidad, ni mucho menos él la había ignorado de esa forma. Las cosas entre ellos eran buenas y la parte s****l de la relación era espectacular para ambos, jamás la habían pasado mal en la cama de ninguna manera. Estas situaciones que ella creaba al sentirse frustrada, llevaron a Mateo esta noche a esa discoteca, en donde vio a Sabrina bailando alocadamente. Estaba allí para tomar un trago y distraerse de todo lo que pasaba en su casa y se sorprendió mucho al verla allí en la pista y más al notar que estaba un poco ebria. Se acercó a ella y llamó su atención colocando su mano en la espalda de ella. Al verlo allí, ella se puso tan feliz y se arrojó a sus brazos, haciendo que él se sintiera un poco inquieto e incómodo por la situación, por lo que la hizo soltarlo, aunque a ella eso no le importó porque después lo abrazó del cuello. Tiempo después de lograr llevarla hacia afuera, la ayudó a subir al auto para llevarla a casa de sus padres. Ayudar a alguien a abrochar el cinturón de seguridad nunca había sido tan raro como en ese momento. Pero como después de eso ella se durmió, simplemente condujo a su destino. Sorprendido era poco a como quedo después de que llegaran cuando ella lo besó de pico al despedirse. Podía notar que ella no se había dado cuenta de nada de lo que había hecho, pero cuando se bajó del vehículo lo dejó hecho un mar de emociones. Al verla entrar y cerrar la puerta, suspiró, tratando de comprender sus sentimientos en ese instante con lo que acababa de pasar. Confundido era poco. Mil pensamientos iban y venían por su mente. Tratando de controlarse, decidió irse a su casa. Sin embargo, todo el camino fue incapaz de ordenar sus pensamientos. Al llegar a la casa se quedó un rato pensando en como hará para enfrentarse a su esposa, la cual estaba seguro lo esperaba adentro lista para hacerle un interrogatorio.
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