Capítulo 6
De visita en a empresa.
Las cosas habían cambiado drásticamente en la relación de Mateo y Estefanía desde esa mañana por la discusión que tuvieron en el comedor. Tal y como había dicho Mateo, él se mudó al departamento que tenía en la parte superior del edificio de su empresa, lugar donde vivió desde que su padre le cedió su lugar como cabeza de la compañía hasta que se casó y se mudó con Estefanía.
Desde ese momento no se volvió a aparecer en la mansión, ni habló con ella por teléfono. Simplemente, cortó toda comunicación con su esposa, al menos por ahora no quería volver a verla, ni saber nada de ella, Mateo necesitaba estar lo suficientemente tranquilo para llevar a cabo una conversación amena con ella.
Dado que ninguno hizo ningún comentario a nadie, la noticia de que Mateo abandonó la casa no se difundió ni a los familiares de ninguno de los dos ni a los amigos. Todo seguía igual para el resto del mundo, excepto para ellos que desde esa fatídica mañana no se habían vuelto a ver.
El mayordomo fue quien se encargó de armar una valija para Mateo y llevársela hasta la empresa, lo cual hizo tarde en la noche para que nadie lo viera y hablara sobre ese asunto.
Estefanía no lo había llamado en ningún momento, pues estaba segura de que él volvería pronto a pedirle disculpas por lo que había pasado, ya que ella pensaba que en realidad toda la discusión pasó gracias a Mateo y ella no tenía culpa alguna.
Estefanía no hacía una lectura clara de la situación, no se daba cuenta de que en realidad él estaba cansado por todo lo que sucedía, su paciencia había llegado a un límite del cual ya no había retorno, sin embargo, ella todavía no se había dado cuenta.
A pesar de que no quería hablar con Mateo antes de que él venía a disculparse personalmente por el mal momento que le hizo pasar, una llamada esa mañana le hizo cambiar de opinión, pues, su madre los había invitado a cenar esa noche.
Como ninguno de los dos le había contado a sus familiares lo que había pasado, más bien lo habían mantenido bien oculto, a ella no le quedó de otra que presentarse en la empresa antes del mediodía para hablar con su esposo luego de casi un mes sin verlo.
Cuando llegó al edificio rápidamente, las empleadas de la recepción, la dejaron pasar y avisaron a presidencia que la esposa del CEO, estaba allí para verlo.
A Mateo le sorprendió cuando su secretaria le comunicó la llegada de ella, aunque rápidamente se dio cuenta de que algo necesitaba y por eso fue hasta allí dando su brazo a torcer.
Cuando ella llegó al piso, la secretaría le permitió la entrada a la oficina de Mateo de inmediato.
Apenas se vieron, ambos guardaron silencio para ver qué era lo que decía el otro; sin embargo, como el tiempo pasaba, él se dio cuenta de que ella no iba a hablar primero, por lo que simplemente le dijo
-¿Qué te trae por aquí, Estefanía?
Su pregunta llegó a enojarla, ella era su esposa, no tiene que tener un motivo para estar allí o al menos eso pasó por su cabeza al oírlo. Sin embargo, conteniéndose lo más que pudo, solo le dijo.
-No era mi intención molestarte, pero mi madre me llamó hasta mañana y quiere que vayamos a cenar hoy en la noche. Sé que todavía estás enojado conmigo y lo entiendo, pero si no me acompañas todo el mundo sabrá que algo está pasando.
-En verdad no tengo ganas de ir y mentirle a todos sobre nuestra relación.
Él fue muy sincero al hablar, no se fue por las ramas, al contrario, fue directo lo que entristeció a Estefanía.
-Lo sé y lo entiendo. Pero mi familia se preocupará si no nos ven juntos y bien, empezarán a preguntar qué es lo que está pasando y no quiero defraudarlos. No quiero que piensen que fracase en mi matrimonio.
Mateo tenía cariño por toda la familia de ella, no quería verlos mal, ni preocupados, por lo que accedió a ir con ella a cenar esta noche a la casa de ellos, aunque el estar cerca de Sabrina después de lo que había pasado en su auto la última vez lo dejaba intranquilo.
-Está bien, iré contigo. Al salir del trabajo, pasaré a buscarte e iremos juntos.
Ella estaba feliz porque él había accedido, así que se acercó a abrazarlo rodeando el escritorio, sin embargo, antes de que ella pudiera tocarlo siquiera, él la detuvo y levantando una mano le dijo.
-Que acceda a ir contigo no cambia nada de lo que está pasando entre nosotros. Yo seguiré aquí y tú seguirás viviendo en la casa, al menos por ahora.
Como en las veces anteriores, él fue contundente y firme al hablarle, no dejando espacio a la interpretación ni a los malos entendidos.
-Mateo, por favor, vuelve conmigo a la casa. Te extraño, cariño.
Dijo ella con voz triste para que su esposo volviera a la casa.
-Estefanía, es mejor que te vayas, necesito terminar de trabajar para poder salir temprano esta noche.
-Está bien, me iré, pero te estaré esperando.
Completamente frustrada por las palabras de su esposo, ella simplemente se tuvo que ir, pues, entendía que él estaba trabajando y con su presencia allí lo estorbaba.
Se fue a su casa a buscar un lindo vestido para esta noche, ya que estaba segura de que haría una excelente actuación que la podría beneficiar.
Por su lado, Mateo se quedó toda la tarde trabajando hasta que se hizo la hora de que los empleados salieran. Por lo cual un rato después, cuando yo no había nadie subió al departamento, se bañó y se cambió para poder ir a buscar a Estefanía y después ir a la casa de sus suegros.
Cuando llegó a la mansión, la llamó por teléfono desde el auto. Le dijo que saliera, que ya estaba allí. La actitud de él al no bajar y entrar a saludarla la hizo enojar, por lo cual cuando llegó hasta el auto estaba ya enojadísima, era la primera vez que él la trataba de esta manera, ni siquiera se bajó a abrirle la puerta del auto.
Había pensado que esta sería una gran oportunidad para que ellos trataran de reconciliarse, así que tratando de calmarse le dijo.
-¿Sabes que tendremos que actuar como si todo estuviera bien, verdad?
-Actuaremos como siempre lo hacemos desde que no estamos bien; sin embargo, esta vez no me beses, no quiero tener que rechazarte delante de tus padres.
Sin otra cosa para hacer, solo pudo asentir con la cabeza, estando de acuerdo con la condición que le ponía.