Capítulo 20
Despertar al otro día.
Sabrina estaba dormida, el sol que entraba por el pequeño espacio que había dejado en la ventana sin tapar por la persiana le estaba dando en los ojos, sin embargo, eso no la molestaba en lo más mínimo, pues estaba experimentando el mejor sueño de su vida. En él, Mateo la besaba como siempre soñó desde que era una joven de quince años, con tanta pasión y desenfreno que hacía de ese el mejor momento de su vida.
Con todo esto, en su mente, el sol era como si no existiera, pero algo la alertó, empezó a sentir el ligero toque de una mano en su vientre y en su espalda el intenso calor de un cuerpo que la abrazaba.
Se despertó desorientada, pataleando y dando manotazos, haciendo que lo que sea que la estuviera tocando ya no lo hiciera. Escuchó un pequeño gr
