When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
No podía evitar sentirme afligida ante el repentino cambio a mi alrededor. Tal y como lo había anunciado la reina madre, la servidumbre del palacio arribo para mejorar mi vida y la de mi familia, mi hogar ya no era el de antes, pero no solo en el exterior. Mi madre mostraba arrogancia y orgullo, por mi unión y mi nuevo título, mientras que mi padre apenas lograba dirigirme la mirada y cuando lo hacía era incómodo, porque aún podía sentir su decepción encima de mí. Se suponía que debía hacer lo mismo que mi madre, sonreír, pero era imposible cuando el peso de una nación comenzaba a caer sobre mis hombros y esa inquietud ocasionaba que todas mis mañanas fueran grises y amargas, el sol no me calentaba lo suficiente como para animarme a seguir con el camino que yo habia elegido y por si fuera