When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
Melinda miró sus ojos y su corazón se encogió en su pecho al ver miedo. Era incrédulo ver en ese hombre fuerte y rudo esa mirada de pánico y tristeza. Se habían estado haciendo daño, ambos llevando esa relación amor odio y era inevitable no sentir más amor que otra cosa. ―Quiero no quererte, Aspen. ―Él, que estaba aguantando la respiración, se sintió asfixiado. ―Pero es agotador no hacerlo. ―Se echó a llorar. ―Yo te pertenezco en cuerpo y alma, Aspen, pero me aterra la idea de que me hagas daño. ―Sollozó. ―Quiero odiarte para no sufrir como lo hice en el pasado, pero es imposible. —Sorbió los mocos. —Sufro más... ―¿Quién te hizo daño? ―Aspen endureció el gesto. ―¿Quién tuvo la osadía de dañarte? ―Melinda sonrió entre lágrimas. Ella es buena para leer a las personas, supo que el amor q