When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
Melinda se tensó por completo, están en lo profundo del bosque, la luna brilla en todo lo alto y eso de alguna manera le da un toque tenebroso a todo lo que hay afuera. Los destellos de las estrellas no hacen más que aumentar la tensión. De repente, un aullido salvaje rompió el silencio que se había creado, seguido por el sonido de garras afiladas golpeando contra la tierra. Aspen se asomó por la ventanilla, sus hombres se habían mantenido en silencio, pero aun así un grupo de salvajes se abalanzan contra ellos de manera desafiante. ―Aspen… ―No te muevas de aquí. ―La miró a los ojos. ―Son salvajes y ellos jamás están en manada, por lo que ahora son más peligrosos que los que acostumbras a ver. ―Dándole un beso en los labios salió para unirse a sus hombres. ―Es una locura. ―Gruñó Kai