When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
Aspen endureció el gesto tras esa pregunta que le pareció verdaderamente tonta. ¿Por qué sentiría él vergüenza? Ella es la mujer más ardiente y jodidamente fuerte que ha conocido en todo lo que lleva de vida. Además su belleza es inusual con esos ojos que son un reflejo de la luna. ―Mel… ―No respondas. ―Melinda se le adelantó, su gesto y ese tono ya le indicaba que lo que vendría era un golpe más a su corazón. Ella se puso en pie y miró a su alrededor, pero no vio su ropa por ningún lado y recordando que ella no vive ahí y, por lo tanto, no tiene nada de ropa, decidió salir de la habitación con la camisa de Aspen puesta. Le queda enorme y, por lo tanto, es como estar en un vestido. ―¿A dónde crees que vas? ―Aspen la tomó del brazo a medio pasillo, se había quedo descuadrado por la