Capítulo 75 No me atrevería “¿quieres que me vaya directo a mi casa a lavar mis manos con cloro o desinfectante? O ¿necesitas que pase la noche vomitando por el asco que me generas?” En ese instante me acerqué, traje a Samantha de nuevo hacia mí cuerpo, poniendo más distancia entre ellos, y, adoptando una postura protectora me dirigí hacia él “¡suficiente niño! ya tienes que dejar a mi novia en paz, ella te está pagando tu supuesta amabilidad permitiéndote largarte en este momento, si no quieres compartir el destino de este par como coautor intelectual de un intento de agresión s****l frustrado, porque, justo ahora nos quedó claro a todos los presentes, que tú eras consciente de lo que planeaban y no se te ocurrió llamar a la policía” El hombre, sin inmutarse con mis palabras, volvió