Capítulo 106 ¿Qué demonios quieres hacer Samantha? Fue lo único que se me ocurrió decir, antes de correr a abrazarla, porque se encontraba a solo un paso de abrir la puerta, sin importarle que estaba totalmente desnuda y nuestros fluidos juntos se veían deliciosos chorreando por sus piernas. Mierda, ¡enfócate, Mariano! Llegué a ella rápidamente y la abracé con fuerza por encima de los brazos para inmovilizarla, mientras evitaba con dificultad la ola de patadas que lanzaba hacia mi ingle, evitaba una y en seguida ella retraía la otra pierna para intentar pegarme con el talón en mis partes sensibles, ¿Cómo no me di cuenta de que esta mujer puede ser tan despiadada? y después de todo el sexo que hemos tenido el día de hoy, ¡vaya que mis partes, sí están sensibles! “Bebé, por favor cálmat