Capítulo 84
Esperando a la señorita Gruber
Otra vez, Mariano me lleva con mis piernas de gelatina en brazos a la cama, ya salió el sol y ver el amanecer con el dentro de mi haciéndome gritar fue realmente excitante, me frustra un poco que quedo medio inservible con las piernas temblorosas después de cada sesión de cariño que nos damos, Mariano, al mirar mi frustración, comenzó a consolarme debido a que, según su lógica de hombre experimentado, eso ocurre ahorita, porque son mis primeras veces y hemos tenido mucho descanso, pero, según sus palabras, la pelvis se acostumbra…
Yo creo, que ni él se creía sus palabras, pero le aplaudí el esfuerzo al querer mentirme para consolarme.
Narra Mariano
Esta noche, confirmé, por experiencia propia una teoría de la que siempre me había burlado ant
