Capítulo 1
Julio2012
Ema
—Pero que sexi se ve, señorita Ema— su alago me hace rodar los ojos.
—no me gusta cuando te pones en ese plan— lo miro con fastidio.
—Ema, por el simple hecho que te diga que te ves sexi, no significa que esté enamorado de ti— se dirige molesto hacia la salida de mi habitación. —te espero en el auto— sale sin más, dejándome a mí con una sensación amarga. Desde que decidimos, tres años atrás dejar de ser vírgenes entre nosotros y tener nuestra primera vez juntos, hicimos un acuerdo en no involucrar los sentimientos. Solo sexo, eso fue nuestro trato. Por ese motivo, yo me pongo molesta cuando Andrew me expresa ese tipo de cosas. “Eres hermosa" “eres perfecta” “si supieras lo que pasa por mi mente" son algunas de las palabras que me dice cuando tenemos sexo, normalmente las ignoro, pero otras no tanto, como aquella vez que me dijo borracho “como deseo que te olvides de esa estúpida regla” me sentí esa noche muy nerviosa y bastante confundida por su repentina confesión.
Con sentimientos de culpa me veo una vez más en el espejo. Mi top blanco combinado con la mini falda de lentejuelas, mis tacones negros y mi cabello suelto con un maquillaje sencillo me hacen sentir como toda una universitaria. Tomo mi bolso de mano y salgo de mi habitación casi que corriendo hacia afuera donde Andrew me espera en su auto.
—Andy, lo siento, yo no pienso que estés enamorado de mí— es lo primero que le digo cuando me subo al auto.
—Solo fue un comentario, Ema. No hay porque alarmarse— me ofrece una sonrisa que lejos de ser falsa, es todo lo contrario: tierna y dulce. Suspiro y él enciende el motor haciéndolo rugir solo un poco comenzando a conducir hacia el centro de Seattle, donde se encuentran buenas discos para pasar la noche.
Llegamos al Nightclub, es la disco del momento y yo me encuentro muy emocionada de poder entrar aquí. Como hicimos reservaciones con anticipación, nos saltamos la cola y entramos de inmediato al lugar. Como de costumbre, Andrew sujeta mi mano fuerte para así guiarnos a nuestra mesa.
Una vez ubicada nuestra mesa, nos sentamos y con embeleso me quedo mirando el lugar como si fuese la primera vez que salgo de casa. Es que todo es vibrante, cool y muy animado. De inmediato hacemos nuestro pedido: shots de tequilas. Nada más fuerte, para comenzar con una noche bastante fuerte.
Se oye a todo volumen la música electrónica del momento, ya a este punto ni idea de que artista se trata. Ninguno de los dos hemos dejado de beber y de hablar sobre nuestros futuros mientras estamos sentados.
—¿Sabes Ema?. Voy a extrañar todo esto, las fiestas, las locuras contigo, a ti…—
—Mi cuerpo —afirmo con gran diversión —Andy se ríe un poco y toma un gran trago de lo que sea que esté tomando en este momento.
No es que no sea sentimental, para nada. Soy una joven muy llorona; es solamente que se me hace algo difícil mostrar esos sentimientos, y sé hacia dónde se dirige esta conversación. Andrew comenzará a despedirse, ponerse melancólico y reflexionar sobre las despedidas. Y yo no quiero eso, yo vine a este lugar a despedirnos por todo lo alto.
Sus penetrantes ojos me observan y al diablo pienso. Bebo directo de la botella y me pongo de pie bajo su atenta mirada.
—¿A dónde vas?
—Es nuestra última noche juntos, vamos a dejar a un lado las palabras y las despedidas. Disfrutemos de esta noche como debe de ser —Andy sonríe con ganas y me imita colocándose de pie tomando mi nano—. Esta noche jamás la vamos a olvidar. Tú te irás a New York, yo me quedaré, y a dónde vayamos, el recuerdo de esta noche nos perseguirá por siempre, Andrew Black.
Ambos caminamos a la pista de baile tomados de la mano. De fondo, a todo volumen comienza a sonar She Wolf de David Guetta. Es imposible no emocionarme, amo esta canción, toca cada fibra de mi ser. Él sabe que me gusta, así que apresura el paso y de inmediato nos adentramos en la pista de baile que esta hasta reventar de tantas personas moviendo sus cuerpos al ritmo de la música electrónica.
Andrew coloca sus manos en mi cintura y me pega más a él. No pierdo tiempo en comenzar a mover mis caderas y todo mi cuerpo y comenzar a disfrutar de la noche como se debe.
Nuestros cuerpos están destilando sudor, ambos somos muy buenos bailarines y con el nivel de confianza que existe entre los dos no hay límites, no nos detenemos.
Nuestros cuerpos rosan, siento su hombría asomarse y me encanta, realmente me encanta. Me muevo de manera sensual, disfrutando sin apuros lo lento de la canción, llevo mis manos a su cuello y me acerco más a él. Andrew sujeta mi cintura con fuerza y sigue mis movimientos a la perfección. Nuestras frentes unidas, con los ojos cerrados sintiendo lo caliente de nuestras respiraciones. Ambos sabemos que no nos volveremos a ver, o por lo menos por muchísimo tiempo, y aunque nos cueste admitirlo, ambos sabemos que nos extrañaremos, que nos dolerá el estar separados, que nuestros cuerpos sufrirán el no tenerse y que sin duda alguna, nuestras almas quedaran dolidas por la inevitable separación.
La música comienza a ser más rápida, comienza a entrar en ese toque de descarga eléctrica que te hace vibrar cada fibra de tu ser, y es allí donde ambos perdemos el control, todos a nuestro alrededor bailan sin parar, saltan, gritan y disfrutan de lo que el famoso DJ ofrece en este tema, pero nosotros, Andrew y yo nada más nos besamos; nos besamos con deseo, con descontrol y bastante desespero. Ambos sabemos que será el último beso, así que ninguno de los dos se detiene, ninguno de los dos quiere que esto acabe. Sin perder tiempo me prendo de su cuello y beso sus labios como nunca antes los había besado, Andy me carga y gracias al cielo que todo está oscuro porque si no tendrían que ver mi ropa interior.
—¿Una última noche? —me pregunta bastante agitado mientras me besa—
—Hagamos que sea inolvidable —le sonrío. El beso se intensifica, somos presa del placer, pero no nos detenemos, no podemos, y dudo mucho que lo hagamos algún día si nos volvemos a ver.
El dj cambia la música, de inmediato comienza a sonar GAMGAHN STYLE de PSY y los dos no reímos como locos comenzando a bailar como las personas del video, haciendo la coreografía y disfrutando con mucha euforia esta eminente despedida.