Sensibilidad 1.3

1241 Words
Alejandra había puesto el agua a calentar en la cocina, quería prepararle a su novio un té para tranquilizarlo, sollozaba por momentos como si un dolor enorme le estuviera atravesando el alma y ella lo sentía terriblemente en el pecho, pues en verdad lo amaba; aún cuando a veces no era muy afectivo con ella lo había llegado a amar por su nobleza y su amor a la naturaleza. “Debiste ser biólogo” le decía siempre, pues su amor hacía la naturaleza era más que evidente. Siempre lo miró fuerte, su galanura sobre pasaba en mucho la de Román y la de cualquier otro, sus fuertes bíceps siempre bien marcados, su torneada figura de modelo que desde adolescente se fue formando le daba el aspecto de un Adonis. “¿cómo es que tengo suerte en tener un hombre como tu Julián?” le preguntaba siempre que podía. “Es que algo muy bueno has de haber hecho en la otra vida, que ahora te compensa conmigo” y se echaba a reír pero ella esas palabras no las dejaba al lado o las tomaba de broma, empezaba a creer que así había sido. Y sea como fuere no permitiría que nada ni nadie lastimara al hombre de su vida. El ruido de la tetera al empezar a hervir le saco de su ensoñación, tomo una taza y le preparó un té de flor de azahar, ella sabía que las propiedades químicas que contenía dicha flor, relajarían un poco a su novio. Lo endulzo levemente tal como a él le gustaba y se acerco a él se lo puso sobre la mesita de café de la sala. - Bébelo con cuidado cariño que está caliente – le dijo mientras le pasaba la mano por entre su n***o cabello, el mantenía las manos cubriéndose el rostro, sollozaba tímidamente y ella sentía que el corazón se le hacía pedazos - ¿Qué sucede amor?, ¿Qué pasa mi vida?, estoy aquí contigo, no dejaré que nada te lastime, que nada te dañe amor, mi cielo… mi niño… Serían sus palabras, serían sus caricias, sería ese amor que ella era capaz de transmitir a él, sería su estado vulnerable, sería, ¡sería!, ¡sería!, ¿qué importa qué sería?... simplemente se volvió hacia ella, y le empezó a besar… a desnudar… acarició su cuerpo, la lleno de besos, le sostuvo firmemente del cabello echándole la cabeza hacia atrás y le beso el cuello mientras se hacían uno y la sintió, y el se meció como se mecen las aguas del mar, como se estrellan las olas contra la playa y ella se entrego por completo, por entero, amándole con la misma intensidad, entregándole en cada roce de su cuerpo su misma vida y en cada beso su corazón y entonces ambos tocaron el cielo al tensarse sus cuerpos, ella fue capaz de sentirlo estallar dentro de su cuerpo como una ola al chocar contra una playa rocosa y entonces se sintió por fin unida a él y quedaron así unos minutos él en ella y ella con el corazón rebosante de él.. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ¿En que se estaba convirtiendo mi vida?, ¿por qué estaba actuando así?, yo amo a Karla, la amo a ella, no a Dennis, ¡No Amo a Dennis!... pero entonces… ¿entonces porque la he besado?, miré mi reloj distraídamente y supe que había perdido otra clase, me recosté de lado sobre la hierba acomodando mi cabeza sobre el brazo y cerré los ojos, tenía sueño, un sueño que me estaba impidiendo mantener el raciocinio de mis pensamientos. ¿Qué es lo que iba a hacer?, ¿cómo iba a solucionar esto?... ¿cómo… lo…haría? -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- La oficina del director no era precisamente mi lugar favorito, el hombre tenía una fama bien ganada de conquistador, aun cuando su porte y su talle dejaban mucho que desear. - Siéntese profesora Karla - Gracias - Pues bien – dijo mientras se acomodaba sobre su sillón recargándose de lleno en el respaldo – el motivo de esta pequeña reunión es dejar en claro su posición dentro de esta institución, tener una plaza como tal es sin duda alguna bastante difícil ¿no es así? – me hizo un ademán con la mano, invitándome a responderle. - Si eso es verdad Director. - Antonio, está bien que me diga Antonio, las formalidades dejémoslas para fuera de esta oficina. - No me parece correcto - No me gusta que me señale por mi título así que llámeme Antonio. - Le repito que a solas o en público no me parece correcto. - Está bien entonces – noté la irritación en su voz – llámeme como lo prefiera. - ¿En cuanto al motivo por el cual deseaba hablar conmigo? - ¡Oh sí! – dijo inclinándose hacia adelante y recargando las manos sobre su barbilla – usted no lo sabe pero hace años que no ganamos ningún tipo de premio académico así que estos concursos son verdaderamente importantes; el rendimiento académico de los alumnos en sus materias de Biología y Química son verdaderamente sorprendentes, eso habla de la excelente técnica de enseñanza que posee. El punto aquí – se levanto de su asiento – es que si nos pone en los primeros lugares su estancia está asegurada en esta escuela hasta su jubilación. - Me parece justo – dije mientras me levantaba –si eso es todo, entonces me retiro tengo una clase que impartir. - Bueno no lo es todo, estaba pensando que quizás le gustaría ir a cenar conmigo alguna noche de estas… – me sonrió. - Agradezco su ofrecimiento sin embargo tengo que desecharla estoy comprometida y mi novio podría molestarse al saber que voy a cenar con un hombre que no sea él – su semblante inmediatamente se descompuso con una mueca de insatisfacción. - De acuerdo – volvió el rostro – vaya a atender su clase. No dije nada más simplemente salí de la oficina, preguntándome dónde podría hallar a Laura. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- - ¿Qué piensas Román? - Nada estoy un poco cansado eso es todo – le contesto llevándose las manos a las sienes. - Vamos a que te tomes un café para que te relajes - Ahorita no Gloria, además no se me apetece. - ¿No se te hace raro que ni Julián ni Alejandra hayan venido hoy a la escuela? - Pues si es raro – su entrecejo se frunció – esto es el colmo. - No te enojes amor – le sonrió – este semestre es de los más difíciles es lógico que se hayan dado un día para ellos. - Las clases Gloria son lo primero – hizo un énfasis marcado – lo demás son estupideces. - Hablando de estupideces – le replicó molesta – hace mucho que no tenemos esa clase de “estupideces” entre nosotros – se volvió a mirarlo con reproche. La mandíbula de Román se tensó y frunció el entrecejo, cerro de golpe el libro provocando que Gloria respingara, la tomo de la mano y la saco casi arrastras de la biblioteca. - Oye – le reclamo – no tienes porque ser tan rudo conmigo. - Cállate zorra – dijo entre dientes pero lo suficientemente audible para que le escuchara – no tienes ningún derecho a decir cómo debo de tratarte. - Román – los ojos de gloria se anegaron en llanto el cual por vergüenza trago.
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