|Asgard| |2014|
Meses después de lo ocurrido en New York, cada vengador estaba trabajando en su respectivo camino. En cambio, Loki iba a ser juzgado por el Padre de Todos por todos los crímenes cometidos. La reina Frigga caminaba por los pasillos un poco apurada hasta llegar a su habitación en donde compartía con su esposo el rey Odín. Llegó hasta su habitación y con seguro cerró las puertas. Se sentó en su cama e intentó concentrarse en proyectar una ilusión de ella en la celda de su hijo Loki. Al abrir los ojos se encontró al pelinegro quien leía con una sonrisa uno de los libros que le había traído ella.
—Hola, madre.
—Hola, hijo. —sonrió de lado— ¿Cómo estás?
—Estoy bien —hablo con cinismo— Considerando que "mi vida" depende de la decisión de Odín —rodó los ojos.
—Él no te podría hacer daño, es tu padre...
—¡Él no es mi padre! —gritó furioso levantándose de aquella cama que habían instalado en su celda. —Sabemos muy bien que yo no soy hijo de Odín.
—¿Entonces yo no soy tu madre? —él calló y miró hacia el suelo— El pueblo desea que se te condene a la muerte, Odín lo está dudando.
—¡Ya me lo venía venir! —rodó los ojos— Sin ofenderte madre, pero, ¿Qué haces acá?
—Voy a sacarte de acá —habló decidida.
—¿Qué?
Loki preguntó confundido hasta que vio a su madre sacar un anillo, su cara reflejaba un poco de nostalgia. Ella agarró la mano de su hijo y colocó el anillo en su dedo anular.
—Este anillo tiene el suficiente poder para llevarte a un lugar que yo escogí —habló muy seria— Una vez ahí, no quiero que hagas ningún alboroto ¿Entendido? —el pelinegro asintió. — Además que con esto se me hará posible ubicarte.
—¿Vendrás conmigo?
—Lo siento, hijo. —le miró con una expresión apenada— Tengo que hacer que Odín no levante sospechas de tu huida, pero estaré visitándote.
—De acuerdo... gracias madre.
—No es nada hijo, recuerda, nada de armar alboroto.
La figura de su madre empezó a desaparecer dejando a Loki con un pequeño vacío. En ese momento se escuchó el caminar de los guardias que venían a su celda. El dios del engaño miró el anillo intentando descifrar cómo funcionaba hasta que fijó su vista en la pequeña gema de color verde, pasó su dedo pulgar por este ocasionando que se iluminara con intensidad. Cuando los guardias llegaron a la celda intentaron buscar a Loki, pero ahora no había ningún rastro de él. Ellos asustados fueron corriendo con su superior dando la alarma de que el príncipe Loki había escapado de Asgard.
|La Tierra| |Lugar desconocido| |2014|
Loki había llegado hacia un bosque, intentó levantarse, pero sentía que todas sus fuerzas se habían ido con tan solo tele transportarse. Quedó un rato tendido en el suelo esperando que su energía sea restaurada. Miró un rato a su alrededor intentando ubicarse, lo único que veía eran árboles y muchas hojas. Lo que no se dio cuenta, es que alguien lo observaba, ella se encontraba a quince metros de aquel dios, sentada en un árbol con un pequeño cuaderno en donde dibujaba el lugar observando desde el momento en que apareció el pelinegro.
Luego de cinco minutos el dios se levantó y miró el lugar intentando ubicarse, guiándose por su instinto caminó en la misma dirección por donde estaba la chica sentada. Ella pasó desapercibida por él, quien solo intentaba salir de aquel bosque.
—Si vas por aquella dirección vas a perderte.
Loki alzó una ceja confundido escuchando la melodiosa voz de una mujer, se dio la vuelta intentando buscar aquella persona que le había hablado.
—Estoy arriba, genio.
El dios levantó su mirada buscando aquella chica que se estaba burlando de él. A lo lejos vio una figura con capucha de color n***o tapando su cara, lo único que podía observar el dios el engaño es aquella sonrisa que mostraba con burla.
—¡¿Cómo te atreves a burlarte de mí mortal?! ¡Debes de tenerme respeto a mí!
—Me ofende tu tono de voz asgardiano. —hizo una mueca, Loki iba a replicar, pero al escuchar cómo le dijo aquella chica quedó callado
—¿Cómo sabes que soy asgardiano?
—Te lo diré algún día —se encogió de hombros— Si vas para esa dirección —señaló con un dedo hacia su derecha— Encontrarás una carretera pasan muchos autos, y no me digas que no sabes que es uno porque cuando has estado la última vez en la tierra haz podido ver un poco de la 'cultura' midgardiana. —ella rodó los ojos a pesar de que él no podía verla— Si usas tu ilusión y te haces pasar por una persona 'agradable' podrás llegar a la ciudad.
—¿Por qué...?
—¿Te ayudo? Oh vamos Loki, sé que has hecho cosas peores, pero no creo que quieras agregar a tu lista decepcionar a tu madre ¿O sí?
Antes de que él pudiera comenzar una discusión la chica había desaparecido dejando aún más confundido de lo que ya estaba. A pesar de todo lo sucedido, siguió las indicaciones de la chica misteriosa con el propósito de salir de aquel bosque.
|Queens| |Museo Salón de la Ciencia en New York|
—¡Sigan al grupo! ¡No vayan a perderse!
Gritó uno de los profesores guiando a un grupo de alumnos que caminaban en aquel museo. Algunos estaban atentos a las novedades que se mostraban mientras que otros conversaban con sus amigos para no aburrirse. En el centro de aquel grupo se encontraba un chico de cabello castaño el cual miraba maravillado a su alrededor, por alguna razón sentía que ese era su lugar.
—¡Peter Parker!
El mencionado levantó su cabeza confundido hasta que posó su vista en el profesor que lo miraba un poco molesto por no prestarle atención.
—¿Si profesor?
—¿Estás atento a lo que estoy explicando?
—Si...
—¿Entonces podrías decirnos qué es lo que estábamos diciendo?
Peter no sabía que decir se quedó por un momento mirando al profesor pensando las palabras adecuadas hasta que escuchó una voz en su cabeza dejándolo desconcertado.
—'Se tendrá que hacer un informe de la visita e investigar la parte más importante del recorrido'
El chico no sabía qué hacer, no decir nada y quedar en ridículo delante de todos o simplemente hablar. Para su suerte eligió la segunda opción.
—Usted dijo que tendremos que hacer un informe de la visita e investigar la parte más importante del recorrido.
—Excelente señor Parker, como decía....
Dejó prestar de atención nuevamente, para buscar aquella persona que la había ayudado con aquella respuesta. A una pequeña distancia del grupo vio a una chica con capucha de color n***o, lo único que podía notar era la pequeña sonrisa que mostraba. Tuvo la intención de acercarse a ella, pero antes de que pudiera dar algún paso, ella ya había desaparecido. Confundido dio varias vueltas desde su lugar buscándola con la mirada, hasta logró ver la figura de la chica a unos metros perdiéndose por una sala.
Peter sabía que algo raro pasaba con aquella chica así que tomó la decisión de seguirla sin que el profesor se diera cuenta. En un momento de descuido del profesor pudo salir de aquel grupo de alumnos, caminó por varias salas intentando encontrar a la chica. Al verla apresuró el paso sin levantar mucha sospecha con la gente.
—'La curiosidad mató al gato, o en tu caso mató a la araña' —Escuchó nuevamente la voz en su cabeza dejándolo otra vez desorientado.
—Pero la araña murió sabiendo —respondió bajo comprendiendo que tal vez no la oiga.
—'Claro que te puedo oír arañita, te recomendaría no hablar tan alto'
Al escuchar eso último intentó darse más prisa para alcanzar a la chica, pero ella era más rápida que esquivaba a las personas con facilidad.
—¿Quién eres? —susurró.
Apenas pudo formular su pregunta, ya que lo estaban llamando al celular. Vio el identificador de llamadas y solo pudo notar que aparecía como número desconocido. Dudó en contestar, pero su curiosidad en serio lo mataba por dentro, a pesar de sus dudas contestó.
—¿No te ha dicho alguna vez la tía May que no debes hablar con extraños?
—No a menos que aquel extraño te esté espiando —frunció el ceño— Espera, ¿Cómo sabes de mi tía May?
—Para ser el mejor alumno del aula eres un poquito lento ¿No?
—¿Qué es lo que deseas?
—No te voy hacer daño Spidey—rio levemente— Mi intención no es lastimar a nadie si eso es lo que piensas.
—¿Entonces?
—Necesito tu ayuda.
—¿Por qué la mía? Hay más superhéroes que están más capacitados para ayudarte, además ¿Por qué te ayudaría?
—Eres el único capacitado para esta misión, o ¿Acaso no quieres un mundo mejor para quienes amas?
Peter apartó su celular un poco pensándolo con cuidado, aquella mujer le pedía ayuda, pero no sabía si ella era una amenaza o una aliada. Otra duda que la atacó es ¿Cómo sabe su identidad? De seguro lo ha estado siguiendo hasta su casa o qué sabrá él.
—¿Cómo sé que puedo confiar en ti?
—Sabía que preguntarías eso.
El hombre araña se dio la vuelta encontrándose con aquella mujer aún con su capucha encima. Colgó su celular y lo guardó en su bolsillo mirando fijamente y desconfiado a la chica que estaba delante de él.
—Un gusto hablar contigo en persona —habló ella.
—Perdona no decir lo mismo.
—Tranquilo, entiendo la desconfianza.
Se quitó la capucha mostrando un bello rostro, o así pensó Parker al ver por fin algo más que una sonrisa que a veces daba escalofríos. Peter no sabía qué hacer, las palabras no salen de su boca, pues estaba se abre y cerraba.
—Y-Yo...
—Permíteme presentarme soy Ámbar Beckett —estiró la mano en forma de saludo.
—U-Un gusto... —aceptó su mano— Escucha, no sé cómo es que yo te puedo ayudar.
—Tú tranquilo, esto lo hablaremos después, por ahora tú tienes que volver con el grupo ¿De acuerdo? —él asintió— Perfecto, entonces nos estaremos comunicando —Sonrió con mucha alegría al saber que ya había completado parte de su plan— Hasta mañana, Peter.
Con una caminata elegante salió de aquel museo para luego dirigirse a las calles de Queens. Luego de media hora de caminata, llegó a una pequeña y modesta cafetería. Una vez había pedido su café en un vaso de plástico y un muffin de chocolate, se retiró del lugar para después llegar a un parque. Se sentó de la banca más cercana y miró a su alrededor, tomó un sorbo de su café hasta que su vista se posó en su acompañante de al lado.
—¿Qué hace el dios del engaño con un disfraz de una adolescente?
—Pues intenta pasar desapercibido.
Habló con la voz de una chica lo que le causaba gracia a la rubia. No sabía si burlarse de la 'gran' idea del dios o simplemente abstenerse de comentarios.
—Yo que tú escogía otro disfraz.
—Sí, pero estos malditos midgardianos lo único que se pueden apiadar es de una niña desamparada. —rodó los ojos— Necesito que hagas algo por mi midgardiana...
—¿Me estas pidiendo ayuda?
—No, estoy diciendo que debes hacer algo por mí, por abandonarme en el bosque.
—Yo no te abandone —habló divertida— Te ayude a salir de ahí ¿O acaso no recuerdas? —alzó una ceja— Pero hablando en serio ¿Qué necesitas que te ayude?
—Ya te dije que no necesito tu ayuda midgardiana —habló con tono que denotaba un poco de enojo.
—Escucha, yo no soy una 'midgardiana' —soltó una carcajada— Y es difícil tomar en serio tus amenazas o advertencias si hablas con la voz de una niña.
—Me importa poco tus opiniones ¿Entonces me ayudas?
—Ow, aceptaste que necesitas mi ayuda —se burló de él— Ya que me lo pides de esa manera —dijo de forma irónica— ¿Qué es lo que necesitas?
—Como sabrás, he llegado a Midgard sin un lugar donde quedarme.
—¿Quieres alojamiento? Bueno, eso normal pero antes, yo que tú me cambiaría de apariencia —lo miró de arriba a abajo— Porque a pesar de ser un buen disfraz, tú eres un mal actor.
—Soy el dios de las mentiras —frunció el ceño —El único problema aquí es que tú me sacas de quicio.
—¡Oh vamos! Yo soy un amor de persona—hizo un ademán con las manos— Mejor vámonos, necesitas aprender algunas cosas si vas a quedarte un largo tiempo aquí en la tierra.