Prólogo.
Victoria Isabella Olson nació en Miami un diecinueve de noviembre, hija de Patrick Olson y Adele Ortiz, un matrimonio de muchos años que previamente les habían dado la bienvenida a tres hermanos que el mayor tenía siete añitos cuando ella llegó, el nacimiento de Victoria los tomó por sorpresa pues no estaba en sus planes tener más de tres hijos porque era la familia que planearon, pero la emoción fue muy intensa porque los padres adoraban a los niños y tenían las posibilidades de mantener una familia grande, sus hermanos también se emocionaron por su llegada pues sería la niñita consentida de todos y el día justo se hizo una gran celebración en casa. Adele era una madre muy dedicada a su familia y se encargó de cuidar a sus cuatro hijos con mucho amor y dedicación, les inculcó los mejores valores que ella aprendió, sobre todo les enseñó el valor del trabajo duro aun teniéndolo todo porque no quería que fueran personas que malgastarán lo que tenían solo porque se les daba en abundancia, Patrick era el dueño de una gran empresa de publicidad y quería que aquello fuese el legado familiar que sus cuatro hijos seguirían manteniendo vivo.
Victoria era la combinación casi perfecta de sus dos progenitores cuando eran más jóvenes y a medida fue creciendo ese parecido se volvió más evidente, su cabello rizado era de un castaño chocolate intenso y eso era herencia de su padre, sus iris eran de un marrón claro por herencia de su madre y las facciones de su rostro era la mezcla de ambos agregándole su propio toque único que la hacía verse encantadora; a medida el tiempo fue pasando los lazos de hermandad se fueron forjando, unos más que otros, Judit había sido la única niña antes de que Victoria naciera y a medida fueron pasando los años entre ambas fue surgiendo una rivalidad de hermanas que sus padres siempre se esforzaron por aminorar, sin embargo, la relación que Victoria tenía con Christian, el hermano mayor, y Elliot, el segundo de la familia, fue un lazo intenso que solo se fortaleció al paso del tiempo.
El carácter de Victoria siempre fue fuerte, dominante, cuando ella hablaba sus hermanos escuchaban y sus padres igualmente, no era agresiva ni mucho menos, todo al que se dirigiera prestaba atención porque siempre se había hecho escuchar, pero también tenía un lado tímido que siempre se esforzaba por superar, era divertida, a veces un lado infantil que salía cuando se encontraba en plena confianza. Victoria compartió su infancia con los hijos del mejor amigo de sus padres, Dylan y Valeria fueron los compañeros de aventura junto a sus hermanos, hicieron sus travesuras de adolescentes y a pesar de que Victoria era mucho menor que ellos, siempre la llevaban por todos lados; aquella cercanía fue desarrollando sentimientos inevitables entre Dylan y Victoria, el chico siempre la andaba defendiendo de todos los demás chicos que la molestaban por ser una jovencita rellenita y aunque Victoria tenía una coraza para ignorar esos comentarios tontos, Dylan siempre se peleaba en nombre de ella, pero de los sentimientos de romance ninguno de los dos se atrevió a decirse nada hasta que tuvieron dieciséis años que fue el momento donde Dylan confesó estar enamorado de ella, Victoria correspondió aquellos sentimientos y desde ese momento se convirtieron en novios.
Fue un año de luna de miel, Victoria y Dylan tenían una relación que era la envidia de muchos chicos jóvenes pues él parecía vivir por ella, aprovechaba cada oportunidad para ir a buscarla al instituto y siempre le llevaba regalos ostentosos pues Dylan ya estaba trabajando en la empresa de su suegro a medio tiempo, no existían celos ni reclamos, tenía una relación muy sana o eso pensaba Victoria que por el amor no se daba cuenta de todas las banderas rojas que el chico tenía; Dylan revisaba su celular, leía todos sus mensajes y ordenaba eliminar a compañeros, cosas que Victoria podía hacer a medias porque necesitaba estar en contacto con sus compañeros por los trabajos en grupo, reclamaba porque sus hermanos la abrazaban y besaban en las mejillas, incluso le llegó a hacer escándalo por las muestras de afecto de su padre. Toda la preciosa relación que creía tener cayó al suelo cuando comenzó la universidad y descubrió otro mundo muy diferente al de colegio, decidió tomar la licenciatura en gestión de negocios digitales y esa carrera en su primer año le consumía mucho tiempo empeorando la situación de celos que Dylan tenía.
Para su segundo año de universidad, tercer año de relación, las peleas dejaron de ser solamente verbales y se tornaron físicas, en sus arranques de celos Dylan solía pegarle una cachetada a Victoria cuando ella respondía de una forma que a él no le gustaba, se enojaban y Victoria terminaba con él, pero al siguiente día Dylan iba con ella llorando y suplicando por una oportunidad de reconciliación a lo que ella caía, eran semanas donde pasaban viviendo una reconciliación que parecía duradera, pero eso terminaba cuando Dylan volvía a acusarla de infidelidades solo porque ella se negaba a mostrarle su celular o solo porque saludaba a uno de sus compañeros de lejos. Las cachetadas pasaron a ser golpes con el puño cerrado, pellizcos en partes donde nadie podría verlos, empujones, tirones de cabello, mordidas e incluso llegó a tirarla al suelo rematándola con patadas, su madre tuvo que llevarla al hospital después de que Dylan le diera un jalón en la oreja izquierda y una parte se desgarró, a pesar de aquel incidente Victoria se negó a delatarlo.
Todas aquellas acciones fueron calladas por Victoria, nadie de su familia sabía de todo el maltrato que Dylan ejercía sobre ella pues se sentía avergonzada de expresarlo y también porque él rompió buena parte de su seguridad, sentía que nadie iba a creerle porque su pareja se comportaba como el hombre perfecto cuando estaba frente a sus padres. Llegó un momento donde Victoria no soporto más todo aquel maltrato y decidió romper con Dylan cuando estaba en su cuarto año de universidad, agradeció al cielo que el hombre entendiera que no quería nada más con él y se mantuviera lejos de ella durante un año completo, pero Dylan regresó como un hombre cambiado, o eso le hizo pensar a Victoria; el mes del inicio de su relación fue un verdadero encanto y el amor era palpable entre los dos, estaban volviendo a ser la envidia de las parejas y las cosas iban tan enserió que Dylan le propuso matrimonio a lo que Victoria aceptó sin pensarlo dos veces, pero no quiso compartir aquel evento con su familia porque todavía tenía cierta reserva con respecto a su relación.
Que Victoria no presumiera su compromiso volvió a generar conflicto entre ambos porque él quería que los amigos de Victoria se alejaran de ella al saber que estaba comprometida y el cambio de Dylan se fue al diablo pues volvió a agredirla con mucha más intensidad que antes, pero Victoria ya no estaba dispuesta a seguir soportando aquellos malos ratos y sin pensarlo dos veces termino con el hombre, también aprovecho una beca para mudarse a Nueva York con el ofrecimiento de estudiar un master en el manejo de activos digitales que duraría un año completo gracias a sus notas excelentes y podría terminar lo que le quedaba de carrera en otro lugar mientras estudiaba su master. Que Victoria se fuera a ir no le sentó en gracia a Dylan y la amenazó de muchas maneras para que se quedara, pero no consiguió nada pues Victoria se fue dejando atrás sus malos momentos y deseando terminar definitivamente con esa relación.
Durante años había sido prisionera de las cadenas invisibles de una relación abusiva con Dylan, un hombre cuyas promesas de amor se desvanecieron en un oscuro abismo de manipulación y crueldad, las promesas rotas, las lágrimas derramadas y las heridas emocionales eran demasiado para soportar, Victoria sabía que no podía seguir viviendo en un mundo tan oscuro y asfixiante. Su primera noche viviendo sola en un pequeño apartamento en Manhattan, mientras Victoria intentaba dormir comenzó el acoso que marcaría su vida en los días venideros, el teléfono sonaba sin cesar con llamadas y mensajes de Dylan, una mezcla de ruegos, amenazas y palabras de odio, a medida que el tiempo avanzaba, el acoso se intensificaba, no era solo el fin de una relación; era el comienzo de una pesadilla.
La vida de Victoria se asemejaba a un frágil jarrón de cristal, sostenido en un constante equilibrio entre la esperanza y el abismo, pero no siempre fue así, ella tuvo una infancia llena de cosas buenas y privilegios amorosos que sus padres le brindaron de la misma manera que a sus demás hermanos, en medio de aquel acoso constante tomó la decisión de no volver a dejarse doblegar por ese hombre, no podía vivir aterrada ni llorando como en velorio, tenía el comienzo de un mundo de aventuras y Dylan no era el final del camino, solo era una piedra más que iba a saltar.