― Tranquilízate, las encontraremos ― Misael posa su mano en el hombro del australiano. ― Trato de pensar en alguien que quisiera hacer esto pero en Filipinas no tenemos enemigos ― farfulla. ― Al menos no uno que conozcamos ― suelta Víctor serio. ― Necesito ropa de Jamie y pertenencias de la niña, podre rastrear su aroma. ― Santiago también nos está esperando en el aeropuerto, ambos tendrán que esforzarse para hallarlas ― Misael lo observa. ― Claro ― asiente el francés. Apenas llegan a la capital de Filipinas se reúnen con Santiago quien los espera con un grupo de oficiales junto a Jamie Lynn, rápidamente son transportados a los departamentos que habitan; la entrada luce normal, no hay signos de que haya sido forzada por lo que se encaminan al hogar del rubio. Una vez