No pude concentrarme en la dichosa película, a pesar de que verdaderamente le traía muchas ganas. La cercanía de Adrien hacía que los nervios me ganaran, más cuando su brazo se rozaba con el mío de forma ocasional. Ese beso afuera de la sala de cine me había descolocado, a tal punto de hacerme desear más de él. No quería aceptarlo, pero de forma lamentable estaba enganchada con aquel chico de sonrisa tierna. Mi corazón comenzaba a latir por él, de una manera que jamás había latido por nadie más, lo que me ponía con los nervios de punta. ¿En serio podría arriesgarme a tener algo serio con él? ¿Podría acostumbrarme a estar con un solo chico? Moví mi rostro para mirarle de forma discreta, pero al hacerlo, me encontré de frente con sus ojos marrones. Ambos sonreímos y luego alejamos la mir