Sábado por la tarde. —Hijo ¿A donde vas? Me gustaría que te quedaras hoy conmigo en casa y hablemos— Rosa detuvo a su hijo Andrew antes de salir de la mansión. —Madre no puedo quedarme a hablar contigo, y menos si será de lo mismo— Le respondió Andrew con seriedad. —Hijo quiero asegurarme que aún vas a cumplir tu promesa, de que no puedo manejar tu vida, estoy muy orgullosa de ti; mírate eres el gobernador de esta ciudad, muchos quisieran tu vida. —Madre en cierto punto muchos quisieran mi vida pero si yo conociera a alguien como yo; no quisiera ser así. —¿Andrew por que lo dices?. —Madre no me liberas de aquella puta promesa que te hice, tengo que casarme con la que es mi prometida, a la que simplemente no amo. —Andrew la amaras, tendrás que cumplir con tu promesa porque si no mi p