Al día siguiente estaba muy temprano en la oficina tal como Andrew lo pidió, estaba en su oficina organizando algunos documentos ya que él no llegaba.
—Buenos días, disculpe la tardanza— Dijo Andrew tan pronto entró.
—No se preocupe, usted es el jefe y puede hacer lo que desee— Le respondí sin pensar lo dos veces, a veces me sorprendía hasta de mi misma.
—¡Tiene Razón Darcy! Anoche la estuve llamando algunas veces, ¿Estaba tan ocupada que no podía contestar?— Preguntó Andrew con interés.
—Disculpe es que llegué a la media noche a casa y no podía contestar— Le respondí con naturalidad.
—¿Que hacia usted tan tarde de la noche fuera de su casa? No me diga, estaba con Roberts.
—¡Así es! Estaba con Roberts pero no como usted piensa.
Andrew se acercó a la silla donde estaba, me tomó por e
