Capítulo 4

687 Words
CAPÍTULO CUATRO El sol estaba entrando por la ventana, pero la alarma de su celular estaba puesta para dentro de otros diez minutos. No había sentido que hubiera dormido en lo absoluto y se despertó con unos nervios que lo hacían sentir lleno de energía. - Demonios, ¿de qué se trató todo eso? - Preguntó Pen mientras se sentaba. - Solo una pesadilla, eso es todo. Quítatelo de la cabeza y prepárate para un arduo día en el trabajo. Un día más es todo lo que debes aguantar. Lo puedes hacer otra vez. - Pen se alentó a sí mismo para prepararse para el trabajo. Se puso de pie y encaró la más odiada de las festividades. Era el Día de la Espada otra vez. El día transcurrió rápidamente como siempre lo hacía cuando estabas en cualquier parte que no fuera trabajando. Pronto era tiempo de entrar y enfrentar la realidad. Él era fuerte, él lo podía manejar y lo sabía. Siempre y cuando Shane se presentara no habría ningún problema para nadie. Manejó hasta el castillo. Ahora todo estaba decorado con las tradicionales luces oro y plata de la fiesta. Lo hicieron acobardarse un poco. Afortunadamente, el castillo solo decoraba por el día del evento, y no un mes antes como la mayoría de las tiendas locales hacían en Antacia. Lo ignoró mientras estacionaba en su lugar y hacía lo que siempre hacía. Shane ya estaba en la habitación preparando las cosas, pero usualmente estaba allí antes que lo estuviera Pen. - Oye viejo, ¿Estás listo para una noche de infierno? - Le preguntó Shane. - Puedes apostar que sí, he hecho esto un par de veces antes, ¿recuerdas? - le respondió Pen. Treinta minutos después de que la locura comenzara, el lugar ya tenía un montón de platos y cubiertos en uso, y estos dos eran responsables porque cada uno fuera devuelto a la cocina así podían dejarlo listo para que se volvieran a usar. Por horas la locura continuó sin señal de que fuera a detenerse. Luego a las siete pm, la locura comenzó a bajar de a poco. - La ceremonia debe haber comenzado, vamos a recuperar terreno mientras podemos. - sugirió Shane. - Está bien, hagamos eso. - respondió Pen y los dos comenzaron a deshacerse de la montaña de platos tanto de la cocina como de la fiesta. A la mitad de esta actividad, hubo un gran golpe en la puerta del cuarto de lavado. Esto era inusual por decir lo menos. Shane estaba más cerca y por eso fue quien abrió la puerta. - ¿Hola? - preguntó. - Sí, ¿hay algún Pen Kenders en la habitación? El Rey Lom solicita su presencia inmediatamente.", le dijo un hombre vestido con un traje muy caro. - Pen, amigo, enviaste un plato sucio y le tocó al Rey. Vas a ser, por falta de un mejor término, eliminado. - dijo Shane y le hizo una seña a Pen recorriendo su cuello con el dedo mientras Pen dejaba caer el plato de nuevo dentro del agua enjabonada por la conmoción. - Pero soy un desastre, no puedo salir así como estoy. - Pen intentó encontrar una excusa, pero el hombre que estaba en la puerta no se lo creyó ni por un segundo. - Por favor, señor, venga conmigo. Es muy importante. - insistió nuevamente. Pen soltó el jabón de las manos y a pesar de estar empapado caminó hacia la puerta. - Está bien, guíame. - dijo Pen y el hombre comenzó a caminar por el pasillo. Las piernas de Pen estaban tiesas por haber estado tanto tiempo sin moverse por lo que estaba teniendo problemas para mantenerle el ritmo al tipo. Cada paso se sentía como fuego subiendo por las piernas a ese ritmo. Pen estaba asustado. No tenía idea de qué es lo que venía después, pero sabía que no podía ser buena la razón por la cual había sido convocado por el Rey en un día tan importante. La dirección por la que iban, Pen sabía que llevaba directamente al vestíbulo principal del castillo. No se podía imaginar ninguna razón para ser llamado de esta forma, pero cuando el Rey te llama, decir que no siempre era una mala decisión.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD