Había despertado temprano, Matías siempre recogía a mi padre en el aeropuerto cuando viajaba y regresaba un fin de semana, jamás dejo que su chofer trabajara los fines de semana o día festivo, siempre ha sido considerado con sus empleados y eso es una de las cosas que me gustan de él.
Matías es el hijo primogénito del Sr. Teodoro Kaiser, el segundo socio con mayores acciones de Theos Group, y también es el mejor amigo de mi padre desde niños, por lo que, prácticamente, somos como una sola familia. Debido a esto Matías siempre estaba pendiente de mi padre y se ofrecía voluntariamente a realizar cierto tipo de tareas: como ser su chofer temporal. Y según mis cálculos, él estaba por levantarse para salir en busca del rey demonio, así es como le digo a mi padre, en realidad, su nombre también es Theodoro, solo difiere una letra en cuanto a escritura del nombre del Sr. Kaiser. Es de ahí de donde surgió el nombre de la compañía.
Me cambie apresuradamente después de constatar que Matías seguía durmiendo plácidamente en la otra habitación de mi departamento. Salí al minimarket que se encuentra a media cuadra del edificio para comprar algo de provisiones faltantes y artículos personales.
Mientras esperaba mi turno en caja para pagar las compras, una agradable pared humana se interpuso de manera repentina. ¡Esto era un Déjà vu! No, no lo era, ya había pasado con anterioridad.
_ ¿Siempre eres tan despistada? Sonrío arrogantemente.
_ No, solo estaba pensando en algo. Conteste secamente al comprobar de quien se trataba.
_ Igual que aquella vez.
_ Mmm… Prefiero no hablar de eso.
_ Supongo que no piensas disculparte. Dio media vuelta mostrándome su amplia espalda.
_ Lo siento. Susurre, reconocía que en esta ocasión si era culpable de chocar con él.
_ ¿Qué? Repítelo una vez más. Sus verdes ojos se abrieron de par en par llenos de asombro.
_ ¡Jamás! Y no tienes por qué asombrarte, a diferencia de ti, yo sí sé reconocer un error. Ahora, apresúrate a pagar, tengo cosas que hacer.
_ Sí, sí. ¿Te han dicho que eres un poco hosca?
Entrecerré mis ojos muy molesta por el último comentario. Quería patear a este molesto chico.
_ Señor. ¿Hay algún problema? Cuestionó la cajera del minimarket.
_ No, es solo que… Espere un momento… Volteo una vez más hacia mí con una especie de mirada suplicante.
_ ¿Me prestas dinero? Preguntó desvergonzadamente.
La pregunta me tomo por sorpresa, y mi cara de confusión no se hizo esperar.
_ Olvide mi billetera y no puedo regresar por ella, estoy bastante corto de tiempo. Explicó de inmediato.
Suspire profundamente, mentalmente pensé que este incidente podría ayudarme de algún modo en el futuro o podría burlarme de él.
_ Entonces ¿Quién es realmente el despistado aquí? Me acerque y cancele de inmediato junto con mis cosas. Ambos salimos del lugar.
_ Lo siento mucho. Prometo que te pagaré. Te haría una transferencia, pero tampoco traje mi celular.
_ Cada vez estoy más convencida que tú eres un gran problema. Págame el lunes.
_ Bien. Toma esto. Me extendió una botella de café frío.
Tome la botella de café y coloque las fundas de compras en una mesa que pertenecía al minimarket, mi arrogante compañero de clases hizo lo mismo y disfrutamos de la bebida y una pequeña conversación.
_ ¿Vives cerca? Pregunte
_ Sí, llevo solo algunos meses viviendo en ese edificio. Señalo un edificio de color gris situado al frente de donde yo vivía.
“Eso explica por qué no lo había visto antes.” Pensé.
_ Yo vivo en el edificio que está al frente.
_ Lo sé. Te vi salir de ahí una vez. Dijo tranquilamente.
_ Eeeh… acosador. Sonreí de lado, por primera vez pude burlarme de él.
_ Dime. Srta. Blanchett. ¿Tengo cara de acosador? Su mandíbula poso suavemente sobre sus manos.
_ No lo sé. Me levante enseguida y tome las fundas. _ Gracias por el café.
Camine sin mirar atrás, me sorprendió lo fácil que fue hablar con él, me pregunto si mi odio irracional es justificable. Tal vez solo es mi ego y el hecho de que él sea mejor que yo.
A penas se abrió la puerta de mi departamento un intenso olor a naranja y pancakes envolvieron mis fosas nasales.
_ Preparé el desayuno. ¿Dónde estabas? Un despeinado Matías me dio la bienvenida.
_ Fui a comprar algunas cosas que necesitaba.
_ ¿Era necesario ir tan temprano?
_ Sí, ya que alguien hizo planes por mí sin consultarme antes.
_ Te pregunte si querías ir.
_ Ajá, pero no esperaste mi respuesta. Tú ya invitaste a esa chica. Por cierto ¿Cuál es el nombre de la pequeña afortunada?
_ Daniela. Trabaja en Theos Group.
_ Mmm… ya veo. ¿No tienes que ir al aeropuerto?
_ ¿Qué? No. Hoy no voy.
_ ¿El rey demonio no regresa hoy? Cuestione.
_ Sí, pero he sido reemplazado de tal tarea. Alguien más se ofreció a hacerlo.
_ Entiendo. Coloque las fundas de compras en el mesón de la cocina, una de ellas cayó al suelo y todo el contenido quedo regado en el piso. Mis ojos se abrieron de par en par al ver el objeto que Matías recogía con una sonrisa burlona.
_ ¿Qué es esto? Está es evidencia de que tienes novio, ya no puedes ocultarlo. Me miró bastante divertido.
_ ¡Eso no es mío! Exclamé con la cara completamente roja. Nada de lo que ves en el suelo es mío. Ese idiota, debería golpearlo hasta el cansancio.
_ ¿A quién quieres golpear? ¿Al pobre hombre que tiene una aventura contigo? Él estaba disfrutando de la ridícula escena. _ Estás tan roja que no puedo evitar querer molestarte.
_ Ya. Es suficiente. Dije casi sin aliento, tratando de explicar la situación.
_ No es mío, Me encontré con un compañero de clases cuando fui a hacer compras.
_ No mientas. Tu prefieres no levantarte temprano un fin de semana, mágicamente el día de hoy lo hiciste, no me avisaste nada y fuiste a comprar tu sola, siempre que estoy aquí me obligas a acompañarte y. _ Tomo un poco de aire, se apresuró a tomarme de los hombros y preguntarme con un semblante preocupado. _ ¿Significa que no me acompañarás en la noche?
_ Si sigues molestándome no lo haré. Recogí las cosas y extendí la funda para que Matías colocara en el interior la caja de preservativos que tenía en la mano. Explique tranquilamente todo lo que había pasado incluyendo la razón del por qué me levante temprano.
_ Es increíble. ¡Tú némesis vive al frente! Debería ir a entregarle sus cosas, el pobre no tendrá con que divertirse en la noche. Hablaba con una sonrisa pícara en su rostro.
_ No. No puedes ir. Objete de inmediato. _Supongo que ya no está y no pregunte en qué piso vive.
_ Tú le gustas. Soltó esas palabras con una sonora voz.
_ ¿Qué? Acaso no escuchas cuando te cuento lo bien que nos llevamos. Replique con sarcasmo.
Después de varios sorbos de café, continuó afirmando lo que había dicho hace unos segundos. Por mi parte, no lograba entender de dónde saco semejante idea, lo más probable es que solo lo haya dicho para molestarme, deje de darle vueltas al asunto y me concentre en el delicioso desayuno servido en frente de mí.
El resto de la mañana paso tranquila, Matías no volvió a tocar el tema del desayuno, mentalmente agradecía de que no lo haga, no tenía ganas de hablar sobre eso, pero al recordar lo sucedido, tuve una gran revelación. “¿Dónde están mis cosas?” la respuesta era obvia.
Estaba muy angustiada, enterré la cara en mis manos, la película que veíamos en el televisor dejo de ser importante, en ese momento lo único que importaba era recuperar mis cosas.
_ Tú elegiste la película, termina de verla.
No respondí, solo me limite a mover la cabeza afirmativamente después de todo. ¿Cómo podría decirle lo que estaba pasando? ¿Cómo le explicaría que lo que la otra persona se llevó equivocadamente es incluso más vergonzoso que el paquete de preservativos? Busqué en el celular el número de contacto, hasta que recordé que no lo guarde, sin embargo, sí tenía su correo electrónico y escribí con la esperanza de que no haya visto el contenido y que una vez lea el mensaje, no le entre la curiosidad de ver lo que hay en el interior.
Espere ansiosamente una respuesta, y por primera vez me alegro ver un mensaje del molesto chico, cuyo nombre no tenía idea. Hasta esa tarde.