Los dos individuos a los que solicite ayuda llegaron apresurados y con rostros preocupados, explique rápidamente la situación y coincidieron conmigo en lo antes mencionado. _ Mi pequeña hermanita me ha pedido ayuda, pero la voy a rechazar. _ ¿A qué te refieres? Pregunte molesta. _ Por mucho que me pidas, no puedo quedarme más tiempo aquí. Respondió Alexander encogiéndose de hombros. _ Te gusta tontear en la oficina de los profesores, pero no puedes ayudar a tu linda y pequeña hermana. El drama estaba impregnado en cada una de las palabras. _ Pero acabaste de decir que no eres mi hermana. Suerte, la van a necesitar. _ Si no me ayudas se lo contaré a tu mamá y estoy segura que hará un escándalo. Dije antes de que Alexander tenga la oportunidad de irse. _ Que