Es hora de que ambos abramos los ojos
Mi nombre Rachelle Williams tengo 25 años soy la hija mayor de Robert Williams y Renata Castillo, si soy mitad latina aunque mi familia vive en New York, papá es un empresario importante tiene una gran cadena de hoteles esparcidos por todo el mundo, conoció a Mamá una Argentina en un crucero, ambos estaban de vacaciones y se quedaron flechados el uno por el otro, siempre dicen que fue amor a primera vista.
Crecí en un hogar lleno de amor por eso creo que es mi anhelo encontrar un amor como el de mis padres y creí encontrarlo.
No me voy a tirar flores a mi misma pero se muy bien que no soy fea, soy pelirroja, de tes clara ojos verdes, alta, esbelta, cintura pequeña y tal vez no tengo las caderas más anchas pero tengo lo mio además de un bonito trasero trabajado en el gimnasio.
Con mi apariencia y siendo la futura heredera de los Williams los pretendientes nunca faltaron pero uno en especial robo mi corazón.
Se trata de Chase Spencer lo conocí en la universidad, el tipo realmente se esforzó para que le hiciera caso, tal vez me persiguió un año hasta que di mi brazo a torcer, es un tipo rubio, con ojos azules, alto, fornido, es un caballero debo admitir, es un empresario nuevo, papá al inicio tuvo cierto recelo con el por ese motivo pero Chase ha sabido ubicarse en el mundo de los negocios además su mejor amigo Matthew Rochester es hijo de uno de los mejores amigos de papá, Matthew y yo realmente no somos amigos, el me cae gordo desde siempre pero al ser amigo de Chase me ha tocado aguantarmelo, creo que el sentimiento es mutuo, pero gracias a El papá tiene un poco de confianza en Chase.
Los tres estudiamos negocios fuimos los mejores tres de nuestra clase me sorprende que Estela la novia de Matthew estuviera en nuestro círculo ya que ella es solo una niña consentida en busca de un marido rico, al parecer el tonto cayó ella es una hermosa Morena, con curvas de infarto pero pensé que el sería más listo, el no es feo la verdad voy a admitir que es bastante atractivo pero todo lo contrario a Chase, El es alto, cabello y ojos castaño oscuro casi n***o, sus facciones son fuertes y marcadas labios carnosos y rojos y casi siempre luce una cuidada barba, su cuerpo fornido y bien trabajado, voy a admitir que el tipo atrae las miradas, yo en lo personal lo conozco desde que se comía los mocos así que su apariencia y físico no me impresiona eso sin contar que hemos sido compañeros desde la guardería, es irónico qué nos conozcamos y coincidamos en todos lados y no nos caigamos para nada bien, pero creo que su aura fría y sería contrasta con la mía brillante y alegre.
Antes de nuestra graduación para nadie fue un secreto que chase me pidiera matrimonio, de hecho creo que era lo que todos esperaban.
Me invito a cenar y en el postre decorando cual si fuera una cereza estaba la sencilla sortija de diamante, bastante modesta pero era lo que el se podía permitir y para mi era perfecta, no dude en decirle que si.
Papá no estaba tan entusiasmado con la noticia pero si yo soy feliz el también lo es así que acepto nuestro compromiso, mamá estaba más emocionada, su única hija se iba a casar y para ella eso era una ilusión.
Todo iba de maravilla hasta que papá soltó su empresario interno y le pidió, más bien le exigió a Chase qué debía firmar un acuerdo prenupcial, este último se ofendió, entiendo el punto de papá el solo quiere proteger mi patrimonio pero también entiendo a Chase, se siente ofendido, siente que papá no confía en el
-papá es un hombre de negocios
-si, pero yo soy tu futuro esposo Rachelle, como puede pensar que te traicionaría
-se que no eres capaz pero papá no te conoce como yo, intentaré hablar con el para que desista de la idea - yo misma estaba segura que papá no daría su brazo a torcer pero era la manera de hacer qué Chase se calmara ya después lo cenvenceria a el que firme el bendito papel después de todo solo seria un papel ya que no planeamos separarnos.
Fijamos la fecha de la boda casi un año después del compromiso, nos graduamos y yo comencé a trabajar codo a codo con papá, entre el trabajo y los preparativos de la boda estaba tan ocupada qué apenas y miraba a Chase, pudimos empezar a vivir juntos pero ambos decidimos que sería bueno disfrutar de nuestro espacio todavía un tiempo más, hasta la boda.
Cada uno tiene su apartamento solemos quedarnos unos días en el suyo y otros en el mio, pero a veces también nos quedamos solos, aparte acabo de comprar un hermoso y lujoso condominio donde viviremos una vez nos casemos, esta vacío y es una sorpresa para Chase, ya que no sabe que lo compre, seguramente se negaría, odia no poder darme los lujos a los que según el estoy acostumbrada, pero para mi el es más que suficiente.
Tengo varios días sin ver a mi prometido y hoy salí temprano de la oficina, decido darle una sorpresa y conducir hasta su casa, se que esta ahí ya que casi siempre trabaja desde ahí, esta terminando de montar su empresa y dice que se siente cómodo trabajando desde su apartamento.
Conduzco por la ajetreada ciudad, el tráfico aquí es un caos pero aún así es una ciudad hermosa, aunque nunca encuentres donde estacionar, al llegar a su edificio aparco en el estacionamiento subterráneo, bajo del auto y me dirijo al ascensor me sorprendo al ver a Matthew en este, se ve bastante serio podría decir que hasta luce molesto
-Oh, no sabía que vendrías - dije tratando de romper el hielo
-yo tampoco esperaba verte hoy, al parecer también lo sabes ya
-saber que? - pregunto y el me mira, hay algo en su mirada que dice que lo que sea de lo que esta hablando es malo
-espera y veras - dijo sin más cuando la puerta del ascensor se abrió en el piso de Chase, no es un gran edificio y por eso no tardamos tanto - qué tu estés aquí me ayuda a que la sorpresa sea mejor, tienes llaves cierto?
-Si claro
-pues abre, y disfrutemos del espectáculo - su mandíbula estaba tensa, no se a que se refiere pero hice caso, abrí la puerta
-Shhhh - dijo Matthew cuando noto que iba a gritar hola, escuche un ruido extraño proveniente de la habitación, mi corazón se aceleró, sabía que era ese sonido pero mi corazón se negaba a creer, quise darme la vuelta e irme pero Matthew me detuvo
-es hora de que ambos abramos los ojos dijo, mientras tomaba mi mano y caminábamos a la habitación
Sentía que mi corazón se iba a salir cuando el tomo la manija de la puerta