Cuando terminan de hablar, Aramis sigue a Cirdán de regreso a la casa hogar. Durante el corto trayecto, el rey elfo y su guerrero caminan en silencio, sumidos en sus pensamientos. El ambiente se torna tenso, mientras Aramis trata de procesar la información revelada por el rey sobre el hada capturada y el culto del que aparentemente Liara nació. Antes de entrar a la casa, Cirdán le entrega la hoja que rasgó del libro que le dio aquel humano con el mapa, diciéndole: —Está es la dirección sigue la indicación de este mapa y llegarás sin perdida alguna. —Así haré, su majestad. Al decir eso, Cirdán y Aramis entran a la casa, los niños los observan con curiosidad, habiendo detectado el tono discreto en las conversaciones del par de elfos y la sensación de que quizás pronto se irán. Por otra pa