Está de más decir que quien está detrás de todo este penoso intento por cazar, porque esa es la maldita palabra que voy a utilizar, cazar, a las mujeres de mis hermanos, es la mierda de Priets, y oh, estoy extasiada por demostrarle lo que le pasa al que intenta jodernos. – Ekaterina, relájate un poco, parece que vas a cometer homicidio – aprieto los labios solo para resistir el impulso de chasquearlos. Ese no es un gesto de una dama. – Eso es lo que pretendo hacer – le doy una mirada de reojo y noto como sonríe con sorna. Él parece tranquilo, como si no hubiese nada que lo atormentara, pero lo conozco mejor que esto, y sé que ahora mismo, lo que pasa por y cabeza es torturar a Priets y todo el que estuvo ayudándolo este último tiempo. Como dicen por ahí, el amigo de mi enemigo es mi ene