– Espero que no me digas que me llamaste para decirme esta estupidez – no puedo creer lo que estoy escuchando ahora mismo. Siempre digo que mi hermano es muy inteligente, que estoy llena de admiración hacia él por lo mismo y que lo seguiría ciegamente en cada uno de sus pasos, pero aquí estoy, entendiendo mejor que nunca porque dicen que nunca se debe decir nunca. También aprendí que ese dicho no se aplica solo con la palabra nunca, sino que también con siempre. – No es una estupidez, Ekaterina, estoy hablando muy en serio, aunque preferirá que estuvieses presente y poder discutirlo mejor – me niego a ser parte de todo esto. – No, no hay manera, no voy a ser parte, no – bufo. Le niego con la cabeza a la vendedora que se me acerca con un par de zapatos horribles y decido que lo mejor po